Hoy estamos en la víspera del 25 aniversario del EOPES, cuando yo escucho la palabra aniversario me suena a festejo, a fiesta, a gran celebración … a mucha alegría, y bueno veinticinco años no es poco, no puedo pasar por alto que este último año ha sido un poco difícil en la continuidad y perseverancia de nuestro apostolado como equipo de oración, aunque de manera individual hemos crecido de la mano de Dios y creo que merece una celebración festiva y de agradecimiento personal a Dios, por su amor, misericordia y fidelidad para cada uno de nosotros, los que nos sentimos participes de la celebración. Lo cierto es que el 25 de abril se cumplen los veinticinco años de la fundación del Equipo de Oración Personal en el Espíritu Santo, el EOPES (para todos aquellos que siempre se han preguntado, ¿Qué es el EOPES? )
Les cuento un poco de historia que no debe faltar en los aniversarios, en la pascua de este año, me toco un tema donde tuve la oportunidad de compartir parte de mi testimonio de vida e inminentemente recordé esos primeros años en el equipo de oración, su fundación, desde la ida de Fernando Cota a tomar el curso de oración “madre” en Villa Lestonac en Guadalajara con Madre Lolita en el verano de 1983, que al compartir esa experiencia de vida de Fernando en un retiro con algunos jóvenes de la parroquia en la Semana Santa de 1984, dio vida al EOPES aquí en la comunidad de Fátima en Los Mochis. Esa era la primera ocasión que yo participaba de las celebraciones de la Semana Santa y apenas estaba digiriendo el mensaje de salvación de Cristo Jesús en mi vida (el kerigma del tesoro escondido) recuerdo claramente ver participar en las lecturas y partes de la celebración de los oficios de Semana Santa, a los muchachos que estaban en el retiro, en completo silencio, en el área que estaba a un costado de la iglesia, lugares a los que no teníamos acceso casi nadie, recuerdo que entraron a las celebraciones por la puerta que se encuentra al lado izquierdo del altar, contraria a la sacristía, el lugar donde hoy esta la capilla del santísimo en Fátima. De los que recuerdo que participaron en ese retiro organizado por Fernando con la guía del P. Abel, fueron: Rocío Santos, Carlos Portillo, José Ángel Arredondo, Toño Saldaña, Judith Álvarez (creo), no recuerdo si ya estaban aquí Gris Urías y Carlos Ayala, cuatro meses después de este retiro me integre yo al equipo y ya estaba también colaborando Samira, Chata y no me queda muy claro a que horas se integra César, de ese entonces hasta hoy han pasado muchos integrantes, que me atrevería a tratar de recordarlos, pero puede ser que se me vaya alguno (hay Haimer, ya se va el avión), pero ahí va mi intento: Alicia, Victor, Ricardo, Marito, Rafa, Lili y ya más contemporáneo Juan, German, Diana, Gilberto, Carolina, Willy, Teresita, Charito, Claudia, Victor, Armando, Pancho, Lucy, Cynthia, Cecy, Rosy, Susettee, Danny, Pepe, el último integrante de nuestros intentos por invitar a personas a integrarse al equipo Sergio, que persevero unos cuantos sábados y las que continuamos en vigencia: Tabel, Martha, Betty … Sofía, Rene y Diana Celina que comparten nuestro grupo de oración, aunque no han participado en los cursos de oración.
En los últimos diez años, cada retiro de fin de año, hemos orado buscando encontrar una respuesta de parte de Dios, si seguimos en el EOPES como tal o si nos quiere como grupo o de manera individual en otro apostolado a su servicio, y la respuesta siempre ha sido la misma: que hay que florecer donde nos ha plantado, y la imperante necesidad de propagar las bondades de la oración personal, independiente de la oración comunitaria, de los rezos, de las devociones, la oración personal, esa poderosa arma espiritual que tenemos para perseverar en nuestro conocimiento de Dios, en nuestro fortalecimiento espiritual, en la paz personal, para llevarla a nuestra familia, trabajo, amigos y demás.
No se si a todos les pase, -a mi me pasa cada cumpleaños, especialmente este que acabo de celebrar porque fueron 40-, en cada aniversario, que marca fin de un año e inicio de otro, se da un momento de reflexión en medio de la fiesta sobre lo que sigue para esta nueva etapa que comienza, y nuestro EOPES creo que esta en ese proceso, actualmente hemos evolucionado de los cursos de oración a los retiros mensuales, temas, liturgias y demás actividades a las que nos llaman a participar en la parroquia y con la comunidad salesiana, y estamos en procesos familiares y profesionales un poco complicados, lo cierto es que en veinticinco años, las vidas evolucionan y las responsabilidades también, hemos crecido, nos convertimos en adultos, con todas las complicaciones y responsabilidades que esto implica, hemos cambiado actividades, hábitos, costumbres, gustos y roles; entonces eso de florecer se ha complicado un poco, pero seguimos intentándolo, atentos a los que Dios quiere para nuestras vidas y pide de nuestra persona.
Bueno hasta aquí termina mi reflexión de aniversario, de estos 25, he participado de 24 años de celebración, quitando mi año de voluntariado con los salesianos, cada año me parece que tal vez sea mi último año de festejo en el EOPES, pero solo Dios conoce lo que guarda nuestro futuro, personal y comunitario. Por lo pronto, un abrazo a cada uno de los que he mencionado en este escrito donde quiera que se encuentren y si he olvidado ha alguno de mis hermanos con lo que he compartido mi vida de oración y mi comunidad mis disculpas, no fue intención sino “eltiti … el titipuchal de años que han pasado y no perdonan” … “y que hasta el día que volvamos a encontrarnos, Dios nos guarde en el hueco de su mano”.
Betty Gil.