viernes, 26 de diciembre de 2008

Año nuevo, vida nueva ... bienvenido el 2009.



Empezar como si fuera cualquier cosa, es una enorme torpeza. Un año de vida

Es un regalo demasiado grande para echarlo a perder.

¿Alguna vez te has sentido en lo mas hondo de tu ser ese deseo profundo y enorme de mejorar o de cambiar?

Si es así, no dejes que el deseo se escape, porque no todos los días lo sentirás. Si hoy sientes esa llamada a querer ser otro, a ser distinto, atrápala con fuerza y hazla realidad.

El inicio de un nuevo año es el momento para reunir las fuerzas y toda la ilusión para comenzar el mejor año de la vida, porque el que se proponga convertir éste en su mejor año, lo puede lograr.

El año nuevo es una oportunidad más para convertir la vida, el hogar, el trabajo en algo distinto. "Quiero algo diferente, voy a comenzar bien, así será más fácil seguir bien y terminar bien. Quizá el año pasado no fue mi mejor año, me dejó un mal sabor de boca; éste va a ser distinto, quiero que así sea, es un deseo, es un propósito, y no lo voy a echar a perder. Tengo otra oportunidad que no voy a desperdiciar, porque la vida es demasiado breve".

¿Quién es capaz de decir: "Desde hoy, desde este primer día, todo será distinto.? En mi hogar, me voy a arrancar ese egoísmo que tantos males provoca, voy a estrenar un nuevo amor a mi pareja y a mi familia, seré mejor padre o madre. Seré también distinto en mi trabajo, no porque vaya a cambiar de trabajo, sino de humor. Incluso voy a desempolvar mi fe, esa fe arrumbada y llena de polvo, voy a poner un poco más de oración, de cielo azul, de aire puro en mi jornada diaria. Ya me harté de vivir como he vivido, de ser egoísta, tracalero, injusto. Otro estilo de vida, otra forma de ser, ¿por qué no intentarlo?"

En los ratos más negros y amargos, llenos de culpa, piensas: ¿Por qué no acabar con todo? Pero en esos mismos momentos se puede pensar otra cosa: ¿Por qué no comenzar de nuevo?.

Algunos ven que su vida pasada fue gris, vulgar y mediocre, y su gran argumento y razón para desesperarse es: "He sido un don nadie, ¿qué puedo hacer ya?".

Pero otros sacan de ahí mismo el gran argumento, la gran razón para el cambio radical positivo: "No me resigno a ser vulgar, quiero resucitar a una vida mejor, quiero luchar, voy a trabajar, quiero volver a empezar".

Un año recién salido de las manos del autor de la vida, es un año que aún no estrenas. ¿Qué vas a hacer con él?, ¿El año pasado no te gustó?, ¿No diste la medida?, ¿Con éste qué vas a hacer?

Un nuevo año recién iniciado: Todo comienza si tú quieres, todo vuelve a empezar...

Yo me uno a los grandes insatisfechos, a los que reniegan de la mediocridad, a los que aún conscientes de sus debilidades confían y luchan por una vida mejor.

Todos desean a los demás y a si mismos un buen año, pero pocos luchan por obtenerlo. Prefiero ser de los segundos

Comienza un nuevo año y con el un mundo de oportunidades se abre ante nosotros. El momento es propicio para reflexionar internamente sobre experiencias pasadas, situaciones presentes y el porvenir. Para aprender del pasado, disfrutar el presente y construir un futuro mejor.

Si nos detenemos por un momento y hacemos una pausa para mirar hacia atrás, podremos darnos cuenta que nos encontramos exactamente donde nos han traído nuestras acciones pasadas. El ser humano construye su futuro día a día mediante sus pensamientos, palabras y acciones, y estas a su vez van moldeando el presente.

Algunos pueblos que han tomado conciencia de la importancia de los actos de cada uno de sus habitantes para la consecución de un fin común, han incorporado a sus culturas la tradición de los propósitos a alcanzar en el año nuevo.

Esta tradición es muy sencilla. En ella cada persona se traza metas que hasta ahora no ha podido alcanzar, o no se había planteado y se hace el firme propósito de lograrlas durante el año que recién comienza. Puesto que según la tradición esto ocurre generalmente en alguna reunión social relativa al nuevo año, puede ser la cena de fin de año o la primera reunión de familiares y amigos del año que apenas comenzó, es costumbre comunicarse entre los concurrentes sus propósitos para de esta manera intercambiar opiniones sobre la mejor manera de lograrlos y obtener el apoyo necesario de quien este dispuesto a brindarlo para concretarlos, y si ocurre que se encuentran personas con propósitos comunes, unir esfuerzos para facilitar su consecución.

Esta tradición no esta limitada exclusivamente a propósitos individuales, pueden plantearse también propósitos familiares, de grupo, sociales y hasta mundiales, y de esta manera poner un granito de arena para construir un mundo mejor, el mundo que todos en el fondo deseamos.

Con el pasar del tiempo nuestra voluntad se fortalece y nos sentimos cada vez más capaces de lograr lo que nos propusimos; y no solo eso sino que también sentimos la necesidad de hacer algo por aquellos que hasta ahora no se han propuesto lograrlo pos si mismos, y comienza entonces un proceso de crecimiento en el cual nos volvemos conscientes de que somos dueños de nuestros destinos y capaces de utilizar nuestra voluntad en formas cada vez más creativas y constructivas.

A partir de ese momento vemos los obstáculos solo como situaciones a superar y de las cuales aprender, el contento se abre paso entre los lamentos, la alegría vence a la tristeza y la esperanza, la seguridad y la confianza reinan donde antes se encontraba el temor.

Siempre podemos escoger entre vivir el mundo cual lo conocemos o cambiarlo en el que deseamos, la decisión al final es de cada uno según decida ejercitar su libre albedrío.

Que este nuevo año nos brinde paz, amor, salud, armonía, unión, felicidad y prosperidad.

Autor: P. Mariano de Blas, LC
Tomado del Libro DE PASO POR LA VIDA;con permiso de autor.

Publicado por BG.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

La esencia de la Navidad.


Se nos dice que la Navidad es una "época de alegría" y un "momento de gozo".

Pero, en tanto la Navidad se acerca, ¿no experimentas a veces cosas muy lejos de alegría y gozo?

¿Te encuentras hundido y tus días llenos de cosas por hacer?

¿Estas cansado después de un largo año y los numerosos problemas y dificultades que aparecen en tu camino?

¿Te parece que la Navidad es una presión más y una demanda más de tu tiempo.

Detente por un minuto.

Es posible que pienses que no tienes tiempo para detenerte, pero debieras hacerlo.

Deseo ayudarte a experimentar la calma y la paz esta Navidad. En vez de esperar a sobrevivir las fiestas, quiero mostrarte que realmente gozarás este momento!

Significará sin embargo un intercambio.

Tú tendrás que abandonar algo en tu ocupada vida para que puedas hacer espacio para algo mejor.

Tu puedes mirar a cada Navidad como que necesita ser mas grande y mejor que la anterior, y ansiosamente ocuparás cada momento haciendo preparativos para esa meta.

Pero a veces menos es más.

¿Te has detenido a pensar respecto a que si todo este correr es necesario?

¿Te está haciendo a tí y a tus amados más feliz esta Navidad?

¿O estás dejando fuera las cosas verdaderamente importantes en la vida para así seleccionar los regalos perfectos, arreglar las decoraciones impecablemente, y reunir los más suntuosos ingredientes para la cena de Navidad?

Mientras menos desesperado estés en crear la Navidad "perfecta", más tiempo encontrarás para gozarla.

Mientras menos estresado y presionado estés, más felicidad y alegría llenará los momentos que tu y tus amados tendrán juntos.


La Navidad se goza mejor cuando no está centrada en las decoraciones, regalos, o festividades, sino cuando el amor es el centro.


El amor es la esencia de la Navidad.

La Navidad debiera significar ocupar tiempo precioso con tu familia y amigos. Tiene que ver con acariciar y celebrar el amor que compartes.

Tristemente, el amor puede perderse entre el movimiento y el bullicio. A veces está tapado por las decoraciones y regalos, las compras sin fin, y la cena de Navidad y su contenido.

La Navidad es época de fiesta, pero tiene que ver con mucho más que eso.
La Navidad es Mi cumpleaños. Es época de celebrar el más grande regalo dado a la humanidad.

¿Puedes tomar un momento para Mi ahora, en honor de Mi cumpleaños?

¿Puedes gastar un minuto para dejar que te diga cuanto Te amo?

¿Puedes parar para agradecerme por Mi amor, y reflexionar cómo puedes esparcir más amor por el mundo?

Fue el amor por ti que Me trajo a la Tierra hace más de 2000 años.

Fue el amor el que Me dio ímpetu para caminar por tu mundo y ser uno de los tuyos, para vivir y morir por ti.

El amor fue, y aún es, el centro de Mi existencia.

Todo lo que he hecho ha sido por amor a tí personalmente, y por amor a la humanidad como un todo.

Tu significas mucho para Mi!

En esta Navidad, toma tiempo para amar.

Si lo haces, estarás dándome un maravilloso regalo, y Me será posible darte especiales regalos este año.

Jesús.

Las festivas decoraciones, los deliciosos alimentos, los muchos regalos, caerán en el olvido la mayor parte de ellos, perdidos entre los recuerdos de muchas Navidades; pero el amor que habrás compartido y alimentado vivirán por siempre.

Si tú aún no has experimentado el hermoso amor de Jesús, el corazón y el alma de la Navidad, puedes hacerlo ahora.

Todo lo que necesitas es invitarle a entrar en tu corazón y vida.


ORACION:
Jesús, te agradezco por el amor que me has mostrado al venir a la Tierra, al vivir y morir por mí. Quiero celebrar esta Navidad contigo. Deseo conocerte, recibir Tu amor y Tu regalo de la vida eterna. Por favor toca mi vida con el amor que Tu tienes para ofrecer, y ayúdame a compartir ese amor con otros también.


Fuente: www.tommyswindow.com
www.RenuevoDePlenitud.com

martes, 9 de diciembre de 2008

¿ Qué es el Adviento ?



La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor. El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia. El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro:

-Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.
- Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.
-Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en la "majestad de su gloria". Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creido en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.

“El tiempo de Adviento tiene dos características: es a la vez un tiempo de preparación a las solemnidades de Navidad en que se conmemora la primera Venida de Hijo de Dios entre los hombres, y un tiempo en el cual, mediante esta celebración, la fe se dirige a esperar la segunda Venida de Cristo al fin de los tiempos. Es un tiempo para vivir y celebrar, bajo el signo de “encuentro” entre un Dios que viene al encuentro del hombre, y el hombre en busca de Dios.

Los hombres desean la paz, aspiran a la justicia y la libertad, sueñan felicidad. Desde siempre. De generación en generación, de año en año, a través de los siglos, se prolongan estos anhelos frecuentemente decepcionados.

En estos llamados y búsquedas de los hombres se expresan las promesas de Dios. La historia de Israel, el pueblo de Dios, es el signo de estas promesas y revelan su realización, conduce a Cristo Jesús y nos lo da.

Con los deseos y los anhelos de los hombres, la Iglesia, hoy, hace su oración. Nos asegura que Dios cumple sus promesas. En pos del profeta Isaías, con las palabras vigorosas de Juan Bautista, no dice, como la Virgen María que hay que acoger a Cristo.

Adviento: re-encontrar, en el fondo de sí mismo, todo lo que puede ser salvado; volverse hacia Cristo, que vendrá un día en su gloria, pero que ya está y nos espera. Volverse hacia Cristo es lo que llamamos “Convertirse”. Adviento es tiempo de conversión. Y tiempo de espera.

Las Fiestas del Advenimiento: desde Adviento hasta el Bautismo del Señor.
Los domingos de Adviento, las festividades de Navidad y la evocación del bautismo de Jesús, forman un conjunto que podemos llamar la celebración de la Venida del Señor, recordando que la palabra “Adviento” significa justamente “advenimiento, venida”.
Navidad recuerda la Venida del Salvador en la humildad de nuestra carne humana y se desarrolla en múltiples facetas: no sólo la Venida del Niño (noche de Navidad) y el misterio de Verbo hecho carne (Navidad día), sino también, Dios entrando en el tejido de las relaciones familiares (Santa Familia), y Dios resaltando la misión de María (1º. de Enero).

La Epifanía, mucho más celebrada en las Iglesias de Oriente, nos revela el alcance universal de la Venida de Dios entre los hombres mientras, que el Bautismo inaugura la misión concreta de Jesús, el Salvador: el Espíritu Santo lo consagra como enviado de Dios, al descender sobre Él en su forma visible.

Los Cuatro Domingos de Adviento:
Cada año, la elección de los evangelios nos hace seguir una progresión en los 4 domingos de Adviento:
• El primer domingo nos orienta hacia la Venida del Señor al final de la historia y el mensaje es el de la vigilancia;
• El segundo domingo está centrado en la figura de Juan Bautista y el mensaje es el de la paciencia y de la preparación activa para la Venida del Señor;
• El tercer domingo, también centrado en el Bautista, nos orienta con más fuerza hacia la persona de Aquél que viene; el mensaje es el de la alegría por la venida muy cercana;
• El cuarto domingo contempla el misterio de la Encarnación de Dios en María; el mensaje: una preparación profunda del misterio de la Navidad.

Adviento no es, pues, una simple preparación de Navidad. Celebra a la vez la última Venida del Señor que dará todo su sentido a nuestra historia; pero también celebra al Señor que viene cada día a nosotros con una presencia muy real, pero que nos da la sed de Él, más fuerte y palpable

Esta es una época del año en la que vamos a estar “bombardeados” por la publicidad para comprar todo tipo de cosas, vamos a estar invitados a muchas fiestas. Todo esto puede llegar a hacer que nos olvidemos del verdadero sentido del Adviento. Esforcémonos por vivir este tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.

De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad.

Publicado por: BG.
Fuente:www.es.catholic.net.