domingo, 27 de diciembre de 2009

Curiosidades sobre NAVIDAD

¿Sabías que...El término Navidad, viene del latín Nativitas, que significa Nacimiento.

¿Sabías que...En el Mundo Occidental se celebra a partir del Reinado del Papa Telésforo, desde el año 125, el 25 de diciembre.Pero recién se comenzó a festejar en conmemoración al nacimiento de Jesús, alrededor del año 330?

¿Sabías que...La Navidad se remonta a las fiestas paganas romanas, a las saturnales o fiestas de Saturno, que se celebraban anualmente en el mes de Diciembre con grandes festines, banquetes, bebidas, y bailes, después se transformaban en orgías de las que participaban casi todos los pueblos en la antigüedad, excepto los verdaderos cristianos.

¿Sabías que...En Gran Bretaña, en 1552, los puritanos británicos prohibieron la fiesta de la Navidad. La Navidad volvió a Inglaterra en 1660, bajo el reinado de Carlos II?

¿Sabías que...la Iglesia adoptó en sus rituales la costumbre de encender velas, especialmente el Cirio pascual, que simboliza el nacimiento de la luz, de la nueva vida con Cristo, representando en él la nueva vida y verdadera luz del mundo.

¿Sabías que...El día de Navidad fue oficialmente reconocido en el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad de Cristo?

¿Sabías que...Las tarjetas de Navidad se comenzaron a utilizar a partir de 1846, año en que se imprimió la primera postal en Londres?

¿Sabías que...La Navidad como se celebra actualmente, año a año comenzó en el siglo XIX?

¿Sabías que...El árbol de Navidad, fue una costumbre originada en zonas germanas, que posteriormente se extendió por el resto de Europa y América?

¿Sabías que...Se supone que en el año 200 d.C. ya se presentaba el uso de árboles en la celebración de la Navidad; pero el árbol decorado, se cree que recién aparece en el S. XVII; en Alemania. En 1605, un árbol fue decorado para ambientar el frío de la Navidad, costumbre que se difundió rápidamente por todo el mundo. El árbol de Navidad llegó a Finlandia en el año de 1800; a Inglaterra en 1829, y fue el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, quien ordenó adornar el castillo de Windsor con un árbol navideño en 1841.

¿Sabías que...En la Edad Media le agregaron a las celebraciones navideñas la costumbre de cantar Villancicos?

¿Sabías que...La figura de Santa Claus, con el trineo, los renos y las bolsas con juguetes, es una invención estadounidense del siglo XX, si bien se basó en la vida y la leyenda de San Nicolás. Actualmente, se designa al mismo personaje en los distintos países, como Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás. Aunque en ciertos lugares el día de San Nicolás se celebra el 6 de diciembre, en honor del buen Santo que ayudaba a los niños y les entregaba golosinas y alimentos.

¿Sabías que...La Misa de Gallo se celebra el 24 de Diciembre a las 12 de la noche y su celebración conmemora el nacimiento del Niño Dios. La costumbre proviene de los ritos de los templos de Jerusalén. Allí los católicos celebraban tres misas el día del nacimiento de Jesús: una en la noche en la cueva de la natividad, santificando así la hora del nacimiento del Señor, otra al amanecer como signo de la resurrección y recordando el natalicio del Dios hecho hombre; y una tercera en el templo, siendo ésta el oficio solemne del día.

¿Sabías que...
La tradición ha transformado la imagen de San Nicolás o Papá Noel en un anciano gordo que viaja desde el Polo Norte, donde reside, en un trineo tirado por seis renos y con plañideras campanitas de plata, repartiendo regalos por todo el mundo.

¿Sabías que...se cree que San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana, fue el primero que, entre los años 1200 y 1226, invitó a un grupo de pastores a representar la escena del nacimiento en un pesebre viviente?

¿Sabías que...En algunos países existe la leyenda de la bruja Befana, que barría su casa con su escoba, cuando pasaron los Reyes Magos hacia el pesebre de Belén y la invitaron a ir con ellos. La bruja no los acompañó, y se siente arrepentida. Por eso, la Befana sale cada año a repartir regalos, en busca del Niño Dios, como señal de arrepentimiento. Cuentan que esta leyenda de la Befana se originó en Italia. Y se regalan también brujitas con escobas para las Fiestas.

lunes, 14 de diciembre de 2009

La Navidad y sus Tradiciones: Las Posadas
Las posadas son fiestas que tienen como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 de diciembre y terminan el día 24 de Diciembre

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín traditio que viene del verbo tradere, que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado. En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor. Existen muchas tradiciones y costumbres que se celebran en el tiempo de Adviento y de la Navidad. A continuación, presentaremos una de ellas con una pequeña explicación acerca de su significado y origen:


Las Posadas
Origen de la tradición: Las posadas son fiestas que tienen como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 y terminan el día 24 de Diciembre. Su origen se remonta a los tiempos de la conquista, cuando los españoles llegaron a México, los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos. Cuarenta días antes de la fiesta, compraban los mercaderes a un esclavo en buenas condiciones y lo vestían con los ropajes del mismo dios Quetzalcóatl. Antes de vestirlo, lo purificaban lavándolo. Salían con él a la ciudad y él iba cantando y bailando para ser reconocido como un dios. Las mujeres y los niños le ofrecían ofrendas. En la noche, lo enjaulaban y lo alimentaban muy bien. Nueve días antes de la fiesta, venían ante él dos "ancianos muy venerables del templo" y se humillaban ante él. Durante la ceremonia, le decían: "Señor, sabrás que de aquí a nueve días se te acabará este trabajo de bailar y cantar porque entonces has de morir". Él debía responder: "Que sea muy en hora buena". Llegado el día de la fiesta, a media noche, después de honrarlo con música e incienso, lo tomaban los sacrificadores y le sacaban el corazón para ofrecérselo a la luna. Ese día en los templos se hacían grandes ceremonias, dirigidas por los sacerdotes, que incluían ritos y bailables sagrados, representando la llegada de Quetzalcóatl, así como ofrendas y sacrificios humanos en honor a él.Durante el mes de diciembre, no sólo festejaban a Quetzalcóatl, sino que también celebraban las fiestas en honor a Huitzilopochtli. Estas fiestas duraban veinte días, iniciaban el 6 de diciembre y terminaban el 26 del mismo mes, eran fiestas solemnes que estaban precedidas por 4 días de ayuno y en las que se coronaba al dios Huitzilopochtli poniendo banderas en los árboles frutales. Esto es a lo que llamaban el "levantamiento de banderas". En el gran templo ponían el estandarte del dios y le rendían culto.El pueblo se congregaba en los patios de los templos, iluminados por enormes fogatas para esperar la llegada del solsticio de invierno. El 24 de diciembre por la noche y al día siguiente, 25 de diciembre, había fiestas en todas las casas. Se ofrecía a los invitados una rica comida y unas estatuas pequeñas de pasta llamada "tzoatl". Los misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo XVI, aprovecharon estas costumbres religiosas para inculcar en los indígenas el espíritu evangélico y dieron a las fiestas aztecas un sentido cristianos, lo que serviría como preparación para recibir a Jesús en su corazón el día de Navidad.En 1587 el superior del convento de San Agustín de Acolman, Fray Diego de Soria, obtuvo del Papa Sixto V, un permiso que autorizaba en la nueva España la celebración de unas Misas llamadas "de aguinaldos" del 16 al 24 de diciembre. En estas Misas, se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad. Para hacerlas más atractivas y amenas, se les agregaron luces de bengala, cohetes y villancicos y posteriormente, la piñata. En San Agustín de Acolman, con los misioneros agustinos, fue donde tuvieron origen las posadas. Los misioneros convocaban al pueblo al atrio de las iglesias y conventos y ahí rezaban una novena, que se iniciaba con el rezo del Santo Rosario, acompañada de cantos y representaciones basadas en el Evangelio, como recordatorio de la espera del Niño y del peregrinar de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse. Las posadas se llevaban a cabo los nueve días previos a la Navidad, simbolizando los nueve meses de espera de María. Al terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta y dulces como signo de las gracias que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús.Las posadas, con el tiempo, se comenzaron a llevar a cabo en barrios y en casas, pasando a la vida familiar. Estas comienzan con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas que terminan con 2 niños que llevan unas imágenes de la Santísima Virgen y de San José: los peregrinos que iban a Belén. Al terminar las letanías se dividen en dos grupos: uno entra a la casa y otro pide posada imitando a San José y la Santísima Virgen cuando llegaron a Belén. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en el interior. Luego sigue la fiesta con el canto de villancicos y se termina rompiendo las piñatas y distribuyendo los "aguinaldos". Significado de la tradición: Las posadas son un medio para preparar con alegría y oración nuestro corazón para la venida de Jesucristo, y para recordar y vivir los momentos que pasaron José y María antes del Nacimiento de Jesús. Algo que no debes olvidarDebemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento de Jesús. Cuida tu fe. Algunas personas te podrán decir que estas costumbres y tradiciones las ha inventado la gente para divertirse y los comercios para vender. Recuerda que hay mucho significado detrás de cada una y trata de vivir estas tradiciones con el sentido profundo que tienen. Así, el 24 de diciembre no solo será un festejo más, sino que habrás preparado tu corazón con un verdadero amor a Dios y a tu prójimo. Utiliza el siguiente enlace para bajar la
Letanía para pedir posada lista para imprimir. Si quieres conocer otras tradiciones navideñas consulta nuestro Especial de Navidad

Fuente: Catholic.net

sábado, 28 de noviembre de 2009

Iniciamos el tiempo de adviento.


"Hay un maravilloso espíritu de sacrificio entre las Hermanas -el pesebre está casi lleno de paja*. En Navidad le enviaremos un poco para su pesebre". Madre Teresa, tomado del libro Ven, sé mi luz. Pg 203.


* Durante el adviento se ponía un pesebre vacío y un cestillo lleno de paja en la capilla, al lado del altar. Las hermanas (misioneras de la caridad) ponían una brizna de paja del cestillo en el pesebre por cada uno de los sacrificios hechos como preparación para la venida de Jesús en Navidad.




Nuestra Santa Madre Iglesia, nos marca como inicio del Calendario Litúrgico el tiempo de adviento, el tiempo de espera; que inauguramos este domingo 29 de noviembre; solamente que la modernidad del mundo en el que vivimos, nos ha hecho confundir un poco esa espera ... y si pasamos mucho de este tiempo en espera ... de la cola para aprovechar las ofertas a 12 y 18 mese sin intereses (con tarjetas participantes), en espera para comprar el regalo del intercambio de la oficina, de la casa, del novio, en la espera del sistema de apartado de los juguetes para los niños, en la espera para que me pongas las uñas decoradas (navideñas, eso sí) o me las retoquen, en la espera para el corte de cabello, y la larga espera en el super, para comprar todos los ingredientes para la cena....




Pero hemos olvidado un poco al del cumpleaños, al festejado, al centro de esta festividad; por eso fue gratificante y motivante para mi, en medio de la lectura del libro "Ven, sé mi luz"que narra el llamado de Madre Teresa de Calcuta a formar la orden de las Misioneras de la Caridad en India, encontrar en una de las cartas que envía a su Obispo Monseñor Périer, para informarle sobre su vida espiritual, los asuntos de su naciente comunidad asi como su apostolado, estas maravillosas lineas de este signo litúrgico, que creo nos podria ser de mucha enseñanza en nuestra iglesia de occidente: un pesebre vacío donde colocar "briznas"de paja por cada sacrificio, oración, comunión, rosario, peregrinación, visita a un enfermo, obra de buena voluntad, favor, mandado, ofrecido a Jesús niño de Belén, invitandolo a nacer en nuestro corazón.




He compartido esta idea con algunos sacerdotes de mi ciudad, no se la verdad si alguno la vaya a retomar, pero quise compartirla con ustedes, los que pasen por este blog, para que cada uno, por lo menos de manera espiritual pongamos paja en nuestro pesebre (nuestro corazón) para recibir al Rey de Reyes, en su expresión más tierna, a Jesús Niño, esta navidad.




Sería muy padre poder hacer el signo externo en cada comunidad, en cada familia, para medir nuestra espiritualidad y nuestro grado de compromiso con Dios. Creo que nos ayudaria a vivir el tiempo de adviento, en verdad, como una espera al nacimiento de Jesús.




Deseo de todo corazón que tengan una buena semana, y que estos veintiseis días de hoy a la navidad podamos cada día hacer un poco de silencio y acompañar a María y José en esa peregrinación a la espera de la llegada de Jesús.




Que Dios les bendiga.




"Floreciendo donde Dios me ha plantado"BG




viernes, 13 de noviembre de 2009

El Principo Narciso




Mi hija me había telefoneado varias veces, para decirme: "Mamá, tienes que venir a ver los narcisos antes de que se acaben". Yo deseaba ir, pero era un camino de dos horas desde Laguna hasta Lake Arrowhead. "Iré este martes", le prometí con cierta renuencia, cuando me llamó por tercera vez.
El martes amaneció frío y lluvioso, sin embargo, había yo prometido, y manejé hasta allá a regañadientes. Cuando finalmente entré a la casa de Carolina, los gozosos sonidos de niños felices me dieron la bienvenida. Encantada, abracé y saludé a mis nietos.
"¡Olvida los narcisos, Carolina! ¡El camino está invisible con estas nubes y esta niebla, y no hay nada en este mundo, excepto tú y estos pequeños, que yo desee ver tanto como para manejar una pulgada más!"
Mi hija sonrió calmadamente y dijo: "Nosotros manejamos en estas condiciones todo el tiempo, Mamá". "Bueno", le aseguré, "no me harás volver al camino sino hasta que aclare, y entonces ¡será para encaminarme a mi casa!"
"Pero, primero, vamos a ver los narcisos. Son solo unas pocas cuadras," dijo Carolina. "Yo manejaré, estoy acostumbrada a esto.".
"Carolina", dije firmemente, "por favor."
"No te preocupes, Mamá, todo está bien, te lo aseguro. Nunca te perdonarías haberte perdido esta experiencia."

Después de unos veinte minutos, doblamos a un angosto camino de grava y vimos un pequeño templo. Al otro lado del templo, vi un letrero hecho a mano, con una flecha, que decía: "Jardín de Narcisos". Salimos del carro, cada una tomó un pequeño de la mano, y yo seguí a Carolina por el sendero. Entonces, al doblar una curva, miré y quedé boquiabierta. Delante de mí estaba la vista más gloriosa.
Parecía como si alguien hubiera tomado una enorme tina de oro y la hubiera derramado sobre la cumbre del monte y sus laderas. Las flores estaban plantadas en majestuosos diseños arremolinados, grandes fajas y tiras de un anaranjado intenso, blanco cremoso, amarillo cetrino, salmón rosa, azafranado y amarillo mantequilla. Cada variedad de diferente color estaba plantada en grandes grupos, de tal manera que se arremolinaban y ondulaban como un solo río, con su propio y único matiz. Había cinco acres de flores, unas dos hectáreas y media.
"¿Quién hizo esto? ". Le pregunté a Carolina.
"Una mujer nada más", me respondió Carolina. "Ella vive en este terreno. Ésa es su casa". Carolina señaló una casa bien cuidada con una estructura en A, pequeña y modestamente asentada en medio de toda esa gloria. Caminamos hasta la casa.
En el patio, vimos un letrero. "Respuestas a las preguntas que yo sé que estás haciendo", decía el encabezado. La primera respuesta era una sencilla: "50,000 bulbos". La segunda respuesta era: "Uno a la vez, por una mujer. Dos manos, dos pies y un cerebro". La tercera respuesta era: "comenzó en 1958".

Para mí, ese momento fue una experiencia de esas que te cambia la vida. Pensé en esta mujer, a quien nunca había conocido, quien, hacía más de cuarenta años, había empezado a traer, un bulbo cada vez, su visión de belleza y gozo a una obscura cima de un monte. Plantando un bulbo cada vez, año tras año, esta mujer desconocida había cambiado para siempre el mundo en que vivía. Un día cada vez, ella había creado algo de extraordinaria magnificencia, belleza e inspiración. El principio que su Jardín de Narcisos enseñó es uno de los grandes principios para celebrar.

Esto es, aprender a movernos hacia nuestras metas y deseos un paso cada vez - a menudo tan solo un paso de bebé cada vez - y aprender a amar el hacer, aprender a usar la acumulación de tiempo. Cuando multiplicamos minúsculos espacios de tiempo con pequeños incrementos de esfuerzo diario, encontraremos que podemos realizar cosas magníficas. Podemos cambiar el mundo...

"Me pone triste, en cierto modo", admití a Carolina. "¿Qué hubiese yo logrado si hubiese pensado en una meta maravillosa hace unos treinta y cinco o cuarenta años, y hubiese trabajado yo en esa meta 'un bulbo cada vez' a través de todos esos años? ¡Nada más piensa en lo que yo hubiera realizado!"

Mi hija resumió el mensaje del día en su manera directa usual: "Empieza mañana", dijo. Ella estaba en lo cierto. Es tan sin sentido pensar en las horas perdidas del ayer. La manera de hacer el aprendizaje una lección de fiesta en vez de una causa de pesar es preguntar nada más: "¿Cómo puedo usar esto hoy?"

Usa el Principio Narciso. No esperes...

Hasta que tu casa o carro estén pagados.

Hasta que consigas un nuevo carro o casa.

Hasta que termines la escuela.

Hasta que regreses a la escuela.

Hasta que limpies tu casa.

Hasta que organices tu cochera.

Hasta que limpies tu escritorio.

Hasta que bajes cinco kilos.

Hasta que subas cinco kilos.

Hasta que te cases.

Hasta que te divorcies.

Hasta que tengas niños.

Hasta que tus niños vayan a la escuela.

Hasta que tus hijos se vayan de la casa.

Hasta que te retires.

Hasta la primavera.

Hasta el verano.

Hasta el otoño.

Hasta el invierno.

Hasta que mueras.

No hay mejor tiempo que ahora para ser feliz.

La felicidad es un viaje, no un destino.

Así, trabaja como si no necesitaras dinero.

Ama como si nunca hubieras sido lastimado.

Baila como si nadie te estuviera mirando.

Te deseo un día precioso, un día narciso.

No tengas miedo de que tu vida termine, ten miedo de que no comience.

- Anónimo

Aportación: Sofía Miranda

Publicación: Martha Miranda


miércoles, 28 de octubre de 2009

BEATO MIGUEL RÚA.


El 29 de octubre la familia salesiana celebra la festividad del Beato Miguel Rus, primer sucesor de Don Bosco.

San Juan Bosco, en 1852, se encontró en la calle con unos jóvenes que le pedían alguna medalla. A cada uno le obsequió su medalla, menos a uno pálido y delgaducho, de noble mirada, al cual el santo le dijo: "A ti sólo te doy esto", al mismo tiempo el santo hacía un gesto con su mano derecha como si partiera su propio brazo izquierdo en la mitad. El joven no entendió ni se atrevió a preguntar, pero 30 años más tarde, le preguntará a Don Bosco: "¿Qué me quiso decir en mi niñez cuando me ofreció regalarme la mitad de su brazo?", y el santo le responderá: "Te quise decir que los dos obraríamos siempre ayudándonos el uno al otro y que tú serías mi mejor colaborador". San Juan Bosco una vez mas probó ser un gran profeta pues así fue en verdad.

Miguel Rúa nació en Turín (Italia) de una modesta familia. Hizo sus estudios de primaria con los Hermanos Cristianos que lo apreciaron mucho porque era sin duda el alumno de mejor conducta que tenían en su escuela. Y resultó que al Instituto de los Hermanos iba San Juan Bosco a confesar y los alumnos se encariñaron de tal manera con este amable santo que ya no aceptaban confesarse con ningún sacerdote que no fuera él. Rúa fue uno de los que se dejaron ganar totalmente por la impresionante simpatía y santidad del gran apóstol.

Al quedar huérfano de padre, empezó a frecuentar el Oratorio de Don Bosco, donde los muchachos pobres de la ciudad iban a pasar alegre y santamente los días festivos. Allí oyó un día que el santo le preguntaba: "Miguelín: ¿nunca has deseado ser sacerdote?". Al jovencito le brillaron los ojos de emoción y le respondió: "Si, lo he deseado mucho, pero no tengo cómo hacer los estudios".

"Pues te vienes cada día a mi casa y yo te daré clases de latín", le dijo Don Bosco. Y así empezó el joven sus clases de secundaria.

Más tarde Don Bosco lo envió a que recibiera clases de un excelente profesor de la ciudad, y cuando le pidió informes acerca de su alumno, el profesor respondió: "Es el mejor de la clase en todo: en aplicación, en conducta y en buenos modales".
San Juan Bosco deseaba mucho fundar una comunidad religiosa para educar a los jóvenes, y se propuso formar a sus futuros religiosos de entre sus propios alumnos.

Al primero que eligió para ello fue al joven Rúa. Le impuso la sotana y se interesó porque fuera haciendo sus estudios lo más completamente posible.

En 1856 Don Bosco hizo una votación entre los centenares de alumnos de su Oratoria de Turín (en el cual había muchos internos). Las preguntas eran estas: 1ª. ¿Cuál es el más santo y piadoso de los oratorianos? 2ª. ¿Cuál es el más simpático y buen compañero de todo el Oratorio? La segunda pregunta la ganó Santo Domingo Savio. La primera la ganó por amplia votación el joven Rúa. La votación de aquellos jóvenes resultó ser muy acertada pues ambos llegaron a ser formalmente reconocidos por la Iglesia por su santidad.

Rúa fue el primer alumno de Don Bosco que, ordenado de sacerdote, se quedó a colaborarle en su obra. Fue también el primer director de colegio salesiano y el hombre de confianza que acompañó durante 37 años al gran apóstol en todas sus empresas apostólicas. En él depositaba San Juan Bosco toda su confianza y era en todo como su mano derecha.

Del beato Miguel Rúa hizo San Juan Bosco el siguiente elogio: "Si Dios me dijera: hágame la lista de las mejores cualidades que desea para sus religiosos, yo no sé qué cualidades me atrevería a decir, que ya no las tenga el Padre Miguel Rúa".
Cuando el Padre Rúa fue nombrado para ser director del primer colegio salesiano que se fundaba fuera de Turín, le pidió a su maestro Don Bosco que le trazara un plan de comportamiento, y el santo le escribió lo siguiente: "Ante todo trate de hacerse querer, más que de hacerse temer. Recuerde lo que decía San Vicente de Paúl: ‘Yo tenía un carácter demasiado serio y un temperamento amargo, y me di cuenta de que si no hay amabilidad, se hace más mal que bien en el apostolado. Y me propuse adquirir un modo de ser amable y bondadoso’. Este sea su plan de comportamiento". Miguel Rúa conservó toda su vida estos consejos y llegó a practicarlos de manera admirable.
San Juan Bosco decía al final de su vida: "Si el Padre Rúa quisiera hacer milagros, los haría, porque tiene la virtud suficiente para conseguirlos". El era humilde y no hablaba de sus logros. Pero un día, ya ancianito, le preguntaron los religiosos jóvenes: "Padre, ¿nunca le ha sucedido algún hecho extraordinario?". Y él, por bromear, les dijo: "Sí, un día me dijeron: ya que está reemplazando a Don Bosco que era tan milagroso, por favor coloque sus manos sobre una enferma que está moribunda. Yo lo hice, y tan pronto como le coloqué las manos sobre la cabeza, en ese mismo instante... ¡la pobre mujer se murió!".

Cuando San Juan Bosco era ya muy ancianito, el Santo Padre León XIII le dijo: "Dígame cuál es su sacerdote de mayor reemplazo". El santo le dijo que era Miguel Rúa y este recibió el encargo Pontificio de reemplazar a Don Bosco cuando muriera. Y así lo hizo en 1888 al morir el santo. Quedó Rúa elegido como Superior General de los salesianos y en los 22 años que dirigió la Congregación Salesiana, esta multiplicó por cinco el número de sus religiosos y abrió casas y obras sociales en gran cantidad de países.

Los salesianos decían: "Si alguna vez se perdiera nuestra Regla o nuestros Reglamentos, bastaría observar cómo se porta el Padre Rúa, para saber ya qué es lo que los demás debemos hacer". Su exactitud era admirable. Siempre amable y bondadoso, comprensivo con todos y lleno de paciencia, pero exactísimo en el cumplimiento de todos sus deberes.

Cuando Rúa tenía apenas unos 25 años, un día se enfermó muy gravemente y mandó llamar a San Juan Bosco para que le impusiera los santos óleos y le llevaran el viático. El santo respondió: "Miguel no se muere ahora, ni aunque lo lances de un quinto piso". Y después explicó el por qué decía esto. Es que en sueños había visto que todavía en el año 1906 (40 años después) estaría Miguel Rúa extendiendo la comunidad salesiana por muchos países del mundo. Y a él personalmente le dijo después: "Miguel: cuando ya seas muy anciano y al llegar a una casa alguien te diga: ‘Ay padre, ¿por qué se ha envejecido tan exageradamete?’, prepárate porque ya habrá llegado la hora de partir para la eternidad". Y así sucedió. Al principio del año 1910, el Padre Rúa fue a Sicilia a visitar un colegio salesiano y un antiguo discípulo suyo, al verlo le dijo: "Ay padre, ¿por qué se ha envejecido tan exageradamente?". El santo sacerdote palideció y se preparó para bien morir.

El 6 de abril de 1910, después de exclamar: "Salvar el alma, eso es lo más importante", expiró santamente. Había dedicado su vida con todo su corazón a comunicar el amor de Dios según el carisma que recibió de San Juan Bosco.

Publicado por: Betty Gil.

lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Para qué son los Amigos?


Por: Rev Ed Bacon

Hay amigos con los que platicas de manera cordial y aparte están tus mejores amigos. Son las personas que te apoyan, a pesar de todo. Les cuentas tus secretos más profundos y oscuros, y en vez de salir corriendo se quedan contigo y el lazo que los une se vuelve más fuerte. Ed Bacon comparte su opinión sobre la amistad y lo que realmente significa aceptar a alguien incondicionalmente.


Un amigo me escribió para darme la noticia sobre un éxito tremendo que tuvo en un nuevo negocio. Yo le contesté con mucho entusiasmo escribiéndole sobre sus grandes cualidades. Él me contestó en un e-mail: “Tú, mi amigo, te pasas!! Pero debo decir que me encanta tener mi propio club de admiradores!” Yo lo contesté, sin siquiera pensarlo: “¿para qué estamos los amigos?”

¡Precisamente! La amistad se trata de ser así como uno de mis héroes describió: “personas balcón” en vez de “personas sótano”. Las personas sótano son esas que viven en nuestra mente y nos dicen que nunca llegaremos a nada, que estamos condenadas al fracaso y que no tenemos remedio. Las personas balcón son los que nos animan constantemente. ¡Adelante! nos dicen, cada vez que intentamos encontrar nuestra propia voz, ensanchar nuestros horizontes, atrevernos, crear algo o romper las barreras del sonido en nuestras vidas.

Si bien no todos nosotros estamos hechos para el matrimonio o vivir en una comunidad formal como un kibutz, monasterio, convento o comuna, todos hemos sido creados para vivir algún tipo de amistad. Las amistades son lo que nos ayuda a ser humanos. Aunque mi esposa es verdaderamente mi amiga del alma, en este ensayo no voy a ponerla como un ejemplo de amistad. Estas reflexiones son sobre algo más universal que el matrimonio – tener amigos del alma que no son nuestros compañeros de vida o cónyuge.

Ejemplos de Amistad
Mis amigos y yo nos reunimos regularmente para compartir los aspectos más profundos de la vida, esa parte sobre el Ser en oposición al Hacer. Seguro, hablamos de lo que hacemos en nuestros puestos de trabajo, nuestras otras relaciones, nuestra vida espiritual, sexual, atlética, médica, familiar. Pero la savia experiencial generadora de vida que alimenta nuestra alma y nos une cada vez más a través de los años y nos lleva a dimensiones cada vez más profundas es la conversación que tenemos en el nivel del ser. Es el lugar en donde tu alma se presenta desnuda ante otra persona y recibe una aceptación incondicional a cambio.
De vez en cuando, hablamos acerca de cómo nuestra amistad es un oasis libre de desesperación. Hemos tenido algunas relaciones importantes que se amargaron porque alguien se desesperó, se cansó de esperar de nosotros. No que no lo mereciéramos. Pero hay algo que tienen mis mejores amigos: no se cansan de esperar de mí, sin importar cuánto me lo merezca. Como resultado, no existen barreras entre nosotros, y cuando caemos en el viejo patrón de pensamiento: “si le digo esto, la amistad se va a terminar”, es ahí donde tenemos todos esos años de correr el riesgo de decirlo todo. Es ahí donde la amistad se hace aún más fuerte.

Mis mejores amigos son personas con las que me siento con la confianza de hablar sobre sentimientos de enojo, tristeza o dolor. La mayoría de otras amistades permanecen en el nivel de sentimiento donde todo está "bien", aunque todos sabemos que no es cierto. Mis mejores amigos nunca me sacan la vuelta en esos momentos en los que me siento más necesitado: cuando han herido mis sentimientos, cuando estoy tan enojado que podría arrojar fuego, cuando estoy afligido y deprimido, cuando me siento inaceptable. Una y otra vez, estos son los momentos que nos han hecho sentir más unidos.

El secreto de todo esto es que los mejores amigos están comprometidos a ser ellos mismos. Por supuesto que toleran cualquier postura que proviene de pretender ser lo que uno no es, pero la seguridad de la amistad es tal que en su presencia puedo sentir la superficialidad de cualquiera de mis palabras basadas en el ego o juicios personales. Al darme cuenta de esto, me acuerdo de que no quiero vivir en la superficie de la vida, y entonces, simplemente, me muevo a las aguas más profundas donde mi yo verdadero está esperando para descansar, refrescarse y renovarse.
Para mí, invertir tiempo en mis mejores amigos es algo profundamente espiritual. Presentarse de frente totalmente como se es ante el otro, sabiendo que la aceptación es mayor que la desesperación y trabajar con esos sentimientos difíciles, así como también en la vida superficial para llegar al verdadero ser es la esencia de la vida con Dios. No podemos estar completamente vivos sin eso.

domingo, 23 de agosto de 2009

Vivir por Fe


Una mujer confesó a una amiga su confusión y duda acerca de la toma de una decisión importante. Ella profesaba creer en Dios pero no asimilaba que el apoyarse en su fe, le ayudaría a elegir su camino.

"¿Cómo sé que estoy haciendo lo correcto?", preguntaba. "¿Cómo puedo creer que mi decisión será la precisa si ni siquiera veo la mañana?"

Su amiga reflexionó y por último le dijo: "Así es como lo veo. Imagínate que conduces en bajada por una carretera oscura de campo y no hay luces que te provean noción alguna de tu ubicación. Es un poco espeluznante. No obstante, confías en tus luces delanteras. Ahora, éstas sólo te permiten visualizar diez metros del camino frente a ti y eso te es suficiente para ver por dónde te diriges. Y mientras viajas por esa senda de apenas diez metros, los focos delanteros te muestran otros diez metros más, hasta que por fin alcanzas tu destino sano y salvo".

Comparable a ello es vivir por fe. No somos capaces de ver el mañana, la semana próxima o el año por venir, pero sabemos que Dios nos proporcionará la luz para encontrar el camino, cada vez que necesitemos de ello.
Cuando estés al borde de toda luz, y a punto de dar un paso en falso hacia las sombras de lo desconocido, tener fe es saber que ocurrirán una de dos cosas: Encontraremos algo sólido donde sostenernos, o aprenderemos a volar.

Barbara J. Winter

Salmo 119:105
Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz a mi camino.

viernes, 24 de julio de 2009

Por qué es Emocionante ser Casto


Por Dawn Eden

La castidad, al igual que yo, ha sufrido de mala reputación – solo que en el caso de la castidad, no se la merece.

Para mí, empezó como un experimento. Tenía treinta y tantos años. Sabía que me quería casar. También sabía que tener relaciones sexuales tipo ciudad de Nueva York – cediendo ante las ganas y tentaciones, apurando las cosas con la esperanza de que el sexo luego se convirtiera en amor, o utilizándolo con la esperanza de conseguir un compromiso – no era suficiente. Me vi a mí misma llegando a la mitad de mi vida en una pendiente resbalosa de cinismo, resentimiento y soledad.

La ventaja inmediata de ser casta era el sentirse en control. Cierto, mi lado cínico – reprimido pero no fuera de combate – me hacía creer que lo que parecía auto control era en realidad que no podía conseguir alguien con quién salir. Pero en la vida real, sabía que muchas veces dejé pasar oportunidades sexuales que hubiera aprovechado en los días en que mi deseo principal era aliviar mi soledad.
Sin embargo, al pasar el tiempo, otra ventaja mucho más clara salió a la luz. Fue el darme cuenta de que todo el sexo que había tenido – estando de novia o no – nunca me hizo estar más cerca de casarme o siquiera capaz de mantener una relación comprometida.

¿Cómo iba yo a saber? Si había seguido devotamente la regla Cosmo, que es también la regla tipo Sexo en la Ciudad y en realidad la Regla Universal de los Solteros de nuestra era: “El sexo debe acelerar la relación”. Esta regla también se puede resumir como: “Lo platicamos en la cama”.

Pero es peor que eso. Al ver el sexo como un medio para conseguir un fin en vez del fruto de una relación amorosa, me volví incapaz de tener una relación amorosa.
El amor – el verdadero amor que viene de Dios – exige motivos puros.
No se cuestiona que a los ojos de Dios, el sexo es cosa buena – por decir lo mínimo. Lo que no es bueno es tenerlo por razones equivocadas – como considerar la mente, espíritu y cuerpo de otra persona como algo para poseer o disfrutar, en vez de la persona entera como alguien a quien amar en la práctica.

Este tratar a la persona como un objeto puede ser inconsciente. Sé que nunca tuve la intención de utilizar a nadie, pero somos juzgados por nuestro fruto. El fruto del sexo casual es el hábito persistente de considerar como un objeto a los compañeros sexuales, hasta el punto de ser incapaz de percibir a las personas de otra manera excepto en términos de cómo se relacionan con las propias necesidades y deseos.
Cuando empecé en este etapa de castidad hace 3 años – o todavía a la fecha, cuando estoy acostada en mi cama tratando de detener mis fantasías sobre alguien a quien me gustaría tratar como un objeto – me pregunto, en las mismas palabras de los discípulos de Jesús, “Quien entonces puede salvarse? “ (Marcos 10:26)

La respuesta de Jesús a esa pregunta permanece tan misteriosa y esquiva ahora como lo fue hace dos mil años: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque con Dios todas las cosas son posibles” (Marcos 10:27).

Cuando le pedimos ayuda a Dios, Él nos da más gracia, conocimiento, sabiduría y entendimiento espiritual. La mayor parte de las veces, nos da solamente un poco de luz para mostrarnos el paso siguiente. En momentos de prueba y tentación, eso puede ser todo lo que se necesita para pasar la oscuridad de manera segura.
No tengo un novio potencial en este momento, pero aunque lo tuviera, creo que justo ahora estoy más cerca que nunca no solamente a estar casada, sino felizmente casada.

Estoy segura que suena demasiado optimista, por no decir irracional, para alguien que cree que la única manera de casarse es estar sexualmente disponible. Aún así, puedo escribir con autoridad, porque he experimentado tanto sexo fuera del matrimonio como la castidad, y sé cual es la raíz de cada uno.

Las dos experiencias se centran en un tipo de fe. Uno de ellos, el sexo antes del matrimonio, pone su fe en convencer al hombre que no ha demostrado fe en ti – es decir, no la suficiente como para comprometerse contigo para toda la vida – por medio de la fuerza persuasiva de tu afecto físico. Te obliga a seguir una serie de reglas sociales Darwinianas – vestirte y actuar de cierta manera para superar a otras mujeres que compiten por un compañero. Un hombre que se siente atraído por ti a final de cuentas se dará cuenta de quién eres realmente – pero para entonces, si todo sale de acuerdo a las reglas, tu anzuelo estará enterrado lo suficientemente profundo como para que él se escape.

La otra experiencia, la castidad, tiene fe en que Dios, mientras tú buscas caminar más cerca de Él, te guiará a un esposo amoroso. La castidad abre tu mundo, permitiéndote que logres tu potencial creativo y espiritual sin la presión de tener que participar en el juego de las citas. Tu esposo te amará por ser tú misma – tu corazón, tu mente, tu cuerpo y tu alma.

Cuando se me presenta escoger entre las dos actitudes – que requieren ver más allá de la realidad presente – yo escojo la que tiene un fundamento sólido. El fundamento de la castidad es la fe en Dios – ese tipo de fe que dice la Escritura “es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Tu fe actúa como una puerta a la gracia de Dios, que permite que te de una fortaleza y resistencia mucho mayor de lo que te imaginas podrías tener por ti mismo.

Quizás tú también, como yo, no tienes a un hombre especial en tu vida en este momento. Aun así, cuando vives en castidad descubres una vida mucho más llena de esperanza, más vibrante, más real que ninguna otra experiencia que hayas tenido en el sexo fuera del matrimonio. Y eso es lo emocionante de ser casto.

No la misma vieja canción
Una noche, ya tarde, al caminar hacia mi casa saliendo de mi trabajo en el periódico, pasé por un restaurante Johnny Rockets - una cadena de hamburguesas estilo 50’s – justo cuando estaba cerrando. Mientras las meseras aburridas en sus uniformes blancos almidonados y gorras a juego limpiaban las superficies cromadas, una última canción sonaba en las bocinas de la rockola que daban hacia la calles desiertas: la canción “ ¿Me amarás mañana?” de los Shirelles.

La canción me trajo recuerdos agridulces. Más agrios que dulces. Al igual que muchas canciones de esa época un poco más inocente, la canción “¿Me amarás mañana?” expresa sentimientos que la mayoría de la gente se moriría de la vergüenza si los dijera. Hay algo doloroso en la forma en que la vulnerable heroína abre totalmente su corazón. No busca tanto afirmación sino absolución. Todo lo que su hombre tiene que decir es que la ama – así una noche de pecado se transforma en algo hermoso.
¿Crees que tienes el derecho de tener una Uzi? Si eres un ferviente defensor de la Segunda Enmienda, probablemente lo crees, después de todo, el derecho a tener armas está en la constitución.
Pero el derecho a tener una no significa que necesariamente debes tener una – y probablemente no te guste vivir en un lugar donde la gente la cargue de un lugar a otro.

De la misma manera, el buscar la felicidad está en la constitución – y es seguro decir que la mayoría de las solteras en la ciudad de Nueva York donde yo vivo crea que parte de ese derecho es tener una vida sexual activa. Las revistas como Cosmopolitan, muchos programas de televisión empezando desde Oprah para abajo, al igual que muchas películas, libros y canciones de moda animan a las solteras a buscar el placer sexual que merecen. Aunque se celebra el amor, les dicen que una aventura sexual gratificante no necesita amor – solamente respeto. Si como la canción, el “R-E-S-P-E-T-O” fue suficiente para la diva de los 60’s Aretha Franklin, se supone que debe ser suficiente bueno para nosotros también.

Los frutos de este estilo de vida para las mujeres solteras se parece más a al hábito de un drogadicto que a un paradigma de salir. En un círculo vicioso, las solteras se sienten solas porque no las aman, así que tienen sexo casual con hombres que no las aman.

Esa era mi vida.

A los 20, cuando todavía era virgen, perdí a mi queridísimo novio debido a una amiga sexualmente experimentada que lo sedujo. El había sido mi novio a larga distancia durante dos años, y yo había soñado como sería si él viviera cerca. Cuando finalmente se mudó a Nueva York, justo al otro lado del Parque Central respecto a mi apartamento, celebramos juntos. Entonces, justo un mes después, me salió con la noticia de que quería terminar conmigo. En ese momento, negó que hubiera otra mujer, pero al final admitió que me había mentido, tratando de hacer las cosas más fáciles. Resultó que mi amiga se le ofreció – y él me dejó por ella.

El tremendo golpe me convenció que yo tenía que ganar experiencia si quería retener a un hombre. Terminé perdiendo mi virginidad con un hombre que consideraba atractivo pero que no amaba – solo para completar el trámite.

Una vez que adquirí experiencia, en lugar de ser super segura, me volví más insegura. Aprendí que si jugaba bien mis cartas, podría conseguir llevarme a la cama a casi cualquier hombre que yo quisiera – pero cuando se trataba de conseguir un novio, las cartas siempre estaban apiladas en mi contra.

No importaba qué tanto me esforzara, yo no podía transformar un encuentro sexual – o una serie de encuentros – en una relación de verdad. Lo más que podía esperar, al parecer, era un hombre que me tratara con “respeto”, pero que en realidad no se preocuparía por mí en lo más mínimo una vez que dividiéramos la cuenta del desayuno.

Esto no quiere decir que no haya conocido hombres buenos cuando salía de manera casual. Sí encontré, pero me parecían aburridos – como te pasa con los hombres buenos cuando estás acostumbrada a salir con hombres experimentados – o yo misma mataba la relación naciente tratando de apurar las cosas.
No me malinterpretes, no era insaciable. Era insegura.

Cuando eres insegura, te da miedo perder el control. En mi caso, la principal manera en que yo creía podía controlar una relación era incorporando un componente sexual o permitiendo que mi novio lo hiciera. De cualquier manera, yo terminaría sola e infeliz, pero no sabía de qué otra manera manejar una relación. Me sentía atrapada en un estilo de vida que no me daba nada de esas cosas que los medios y la sabiduría popular prometían.

Algunos amigos y familiares, queriendo ayudarme, me aconsejaran que simplemente dejara de buscar. Me las arreglé para dejar de buscar, algunas veces durante algunos meses. Pero luego, una vez que conocía a un posible novio, yo nuevamente llevaba la relación al más bajo común denominador.

No soportaba lo aparentemente inevitable de todo – cómo mis intentos de establecer una relación se venían abajo – y sin embargo, de una manera extraña, parecía cómodo. Al acelerar las cosas sexualmente, me protegía del rechazo – o peor, de la indiferencia – si permitía que las cosas sucedieran poco a poco. Y si, después de todo, al final me iban a rechazar de todas maneras, pensaba que al menos iba a conseguir algo de todo eso – aunque fuera solamente una noche de sexo.
Al recordarlo ahora, suena terriblemente cínico, y lo era. Estaba sola y deprimida, y me había encerrado en un rincón.

En octubre de 1999, a la edad de 31 años, mi vida cambió radicalmente cuando, después de ser una judía agnóstica durante toda mi vida adulta, tuve una experiencia de lo que los cristianos llaman nacer de nuevo. Yo había leído los evangelios, y por mucho tiempo había creído que Jesús era un buen hombre. Lo que me cambió fue darme cuenta por primera vez que El era más que un hombre - Él era realmente el Hijo de Dios.

Con mi fe recién descubierta vino una conciencia repentina de que necesitaba urgentemente ser congruente con el programa de vida – especialmente en el área de mi vida sexual. Aunque sabía lo que tenía que hacer, recorrí un largo camino antes de reconocer lo que estaba mal en mi conducta y cómo cambiarla.

Estoy agradecida de que, al tiempo, me di cuenta de que cuando me sentía tentada a regresar al círculo vicioso (conocer hombre interesante/sexo/dejar o ser dejada/repetir), un nuevo pensamiento emergería para darme una pausa – un antídoto al principio del placer. Lo llamo el principio del día de mañana.

Toda mi vida adulta he tenido problemas con mi peso. Cuando camino de regreso a casa al final del día, no hay nada que quiera más que una bolsa de churritos o bolitas de chocolate. Si estoy intentando adelgazar – que es la mayor parte del tiempo – es muy duro, realmente duro, pensar en por qué no puedo comer lo que tengo ganas.
El diablito en mi hombro izquierdo dice: “¡Cómete los churritos! Te sentirás satisfecha y no vas a subir de peso. Si subes algo, va a ser como medio kilo – lo puedes perder al día siguiente”. ¿Y sabes qué? Tiene razón. Si lo veo como una experiencia aislada, una pequeña falta no va a causar ningún daño que no se pueda reparar.
Entonces el angelito en mi hombro derecho habla. “Es cierto. Si compras esos churritos, ya sabes qué es lo que va a pasar.”
“¿Se van a pintar dedos naranja en las páginas de la novela que voy a leer esta noche?” contesto.
El ángel hace como que no escuchó. “Los vas a comprar mañana en la noche, de nuevo”, me regaña. “Y al día siguiente”.
“¿Te acuerdas de lo que pasó durante el otoño de tu primer año en la prepa “ sigue el ángel, “cuando los estudiantes horneaban todos los días después de clase? ¿Te acuerdas que descubriste que si esperabas lo suficiente, todo lo que vendían tenía descuento hasta que podías comprar mucho por unos cuantos pesos?”
“Por favor”, gruño. Ya sé a donde va esto. El diablito en mi hombro izquierdo me jala el cabello hacia la dirección de las botanas en el super.
“Y te acuerdas” – sigue el ángel, dándose cuenta de que está a punto de ganar, “como te apretaban mas y mas los pantalones de mezclilla? Y tú tenías que- ”
“ Ya sé”, digo molesta.
“Tenías que acostarte para poder subir el cierre”, dice triunfante. “Finalmente, uno por uno, rompiste el cierre de cada uno de los pantalones que tenías”.
A ese punto, el diablito normalmente se va, y yo me quedo buscando un bollo seco, sin grasa, con alto contenido de fibra. Pero no estoy feliz. Al contrario – me siento restringida.

Así es como me sentía justo antes de entender el significado de la castidad- como cuando estaba siguiendo el consejo de mis amigos y parientes de “dejar de buscar”. Conocía algunas de las razones negativas para dejar pasar el salir con hombres que buscaban sexo casual – esos encuentros me hacían sentir usada y me dejaban más sola que antes – pero carecía de razones positivas.

Para bajar de peso sin sentirse restringido se necesita mucho más que solamente escuchar los consejos de un ángel en mi hombro. Se necesita una visión positiva. Me tengo qué imaginar cómo me voy a ver y sentir en el futuro – no solamente mañana, sino pasado, el día después y a la mañana siguiente. Tengo que ampliar mi perspectiva y ver el efecto acumulativo de la tentación: cada vez que caigo en ella, mi resistencia disminuye, pero cada vez que resisto, me vuelvo más fuerte.

El principio del día de mañana requiere esa visión para ser capaz de ver cómo la castidad me ayudará a convertirme en esa mujer fuerte, sensible y segura que tanto anhelo ser. Me molesta actuar por desesperación, sintiendo que tengo que dar de mí misma físicamente porque es la única manera de alcanzar a un hombre emocionalmente. Y me molesta sentirme tan sola que tengo que recibir caricias y besos de un hombre que básicamente me ve como un pedazo de carne – un pedazo raro y atractivo, que merece el mayor de los respetos, pero carne al fin. Anhelo con todo mi corazón ser capaz de ver más allá de mis deseos inmediatos, conducirme con la gracia y la sabiduría que al final me traerá plenitud no solamente por una noche, sino por toda una vida.

Descubrí el valor del principio del mañana por primera vez una noche ya tarde en la primavera del 2002, mientras me alistaba par irme de una fiesta en un departamento de Brooklyn. Steve, el anfitrión – un músico peculiar con ojos de perrito tipo David Schwimmer del programa Friends – era un conocido de muchos años atrás, pero que en realidad nunca traté de cerca. Desde hacía mucho había cierto coqueteo entre nosotros, pero nunca había llegado a nada porque en realidad no tenían mucho en común además de la pura atracción física. Así que me agarró fuera de base cuando me preguntó si quería quedarme a pasar la noche.

Mi primer pensamiento fue la imagen del largo y atemorizador viaje de regreso a casa en metro que tenía que realizar ya tarde en la noche, en contraste con el atractivo de compartir la cama con Steve. Me imaginé cómo me besaría y cómo nos reiríamos y haríamos bromas mientras experimentábamos la novedad de estar desnudos juntos. En mi mente, yo podía ver la silueta de sus hombros contra la luz grisácea que se filtraría por las cortinas de la ventana a esa hora del día cuando su ruidoso vecindario estuviera totalmente callado.

Eran esas cosas – la camaradería fácil, el romper las barreras, los momentos románticos fugaces – lo que realmente buscaba en los encuentros de sexo casual. El sexo en sí, yo sabía, podía ser dar en el blanco o fallar.

Mientras mi mente contemplaba las posibilidades, recordé que mi situación espiritual había cambiado desde la última vez que había recibido una oferta similar. Ahora era una nueva cristiana, todavía novata, y sabía que quería que mi vida reflejara mi fe. Pero que hizo que le dijera que no a Steve no fue la fuerza de la convicción. Fue otra visión que apareció por un instante en mi cerebro, más aguda que la primera- como si realmente hubiera sucedido.

En esa visión, me vi a mí misma y a Steve a la mañana siguiente, en una cafetería. No era un restaurante Johnny Rockets, sino una cafetería ordinaria en su vecindario. Yo llevaba puesto el mismo pantalón y la blusa morada de terciopelo que había usado en la fiesta del día anterior. Mi cabello estaba un poco mojado después de haberme bañado y se me paraba para todos lados – no se me acomoda bien cuando no uso acondicionador.

Acabábamos de desayunar e intentábamos hablar de algo superficial, como si nos hubiéramos encontrado allí un domingo a las 10 de la mañana. Yo tenía enfrente el mismo desayuno que siempre ordeno en las cafeterías de Nueva York: huevos hervidos con pan tostado, sin papas, y café con leche light.

La imagen era patética.

Solo la idea de otro desayuno incómodo más en la mañana siguiente, mi pareja que no me ama transpirando “respeto” – es decir, lo que se califica como respeto en el mundo de los encuentros casuales (“Claro que todavía te respeto”) – era mucho más de lo que podía soportar.

Pero la visión tenía también algo aún más escondido, que solamente puedo describir como grotesco. Allí estaba yo, tan exigente que había insistido en cuatro diferentes especificaciones para mi desayuno, y sin embargo, no podía reservarme para el hombre con el que podría compartir cada desayuno por el resto de mi vida?

La canción “¿Me amarás mañana?” de los Shirelles sugiere que una noche de sexo se redime si la pareja declara después del hecho que se aman el uno al otro. Este concepto es también un tema popular en novelas románticas, programas de televisión y películas – como Mujer Bonita. La gente se cree esa fantasía porque quiere creer que el tratar a alguien como un objeto se puede disculpar.

Sin embargo, en mi visión con Steve, aunque él de repente profesara su amor eterno mientras yo le diera una mordida a mi huevo con pan tostado, no cambiaría la decisión tomada la noche anterior – dormir con él no porque lo amara, sino solamente porque hubo oportunidad. Y entonces me dí cuenta de que aun si terminara correspondiendo a su amor, eso no cambiaría el hecho de que doce horas antes yo hubiera intentado utilizarlo y permitiera que me utilizara.

Si algún día nos casáramos, esa sería nuestra historia – éramos conocidos sin ser buenos amigos, que una noche se enredaron después de unas cuantas copas y se enamoraron.

De alguna manera, sé que no es una buena receta para un matrimonio duradero. Si tener sexo conmigo fuera suficiente para hacer que mi esposo se enamorara de mí, él podría tener sexo con otra mujer y enamorarse de ella también.

De la misma manera, si yo fuera influenciada tan fácilmente por dormir con alguien, podría huir con el proverbial repartidor de pizzas. Pero eso es una tontería- yo no soy así, y sé que no va a ser más probable que me enamore de Steve después de acostarme con él de lo que es en este momento. Lo que sí pasaría es que me iba a sentir más apegada a él, aunque no fuera amor. El sexo hace que me sienta así lo quiera o no; es parte de cómo estoy diseñada por ser mujer. El sentido de apego haría mucho más difícil la separación después del desayuno.

Una vez que la imagen entró en mi mente, la opción fue clara.
Le di las gracias a Steve por una maravillosa fiesta y me fui. En algún lugar durante el camino a la medianoche entre las calles de Brooklyn y mi apartamento en Nueva Jersey, creo que lloré. Decir no a la intimidad – aun del tipo equivocado – puede ser muy duro cuando regresas a una casa vacía.

Pero no me arrepiento. Y he vivido bajo el principio del día de mañana desde entonces.

Si tienes que preguntarle a alguien si todavía te amará mañana, entonces quiere decir que no te ama hoy.


Adaptado de The Thrill of the Chaste, por Dawn Eden (Thomas Nelson Inc., Copyright 2006).
Artículo publicado originalmente en ingles en Christianity Today.
Copyright © 2007 ChristianityToday.com

sábado, 6 de junio de 2009

Los Abetos

Uno de los frutos del Espíritu Santo como don es una Comunidad de amor como fuente de apoyo y fortaleza. Aquí les comparto este bonito cuento sobre la importancia de una comunidad unida aunque a veces "estemos apretados" y "nos despeinemos" unos a otros.


El aullido del lobo corrió como un escalofrío a lo largo de toda la montaña. Un ciervo, que roía plácidamente la rica hierba cubierta de rocío, se asustó y se alejó corriendo a más no poder, a través del pinar.

La imponente cornamenta del ciervo desfloraba y sacudía las ramas. Una piña hinchada y madura se desgajó de una rama de abeto y rodó hacia abajo por la pendiente, saltó sobre el saliente de una roca y, con un golpe sonoro, acabó en una hondonada húmeda y bien expuesta.
Un puñado de semillas salió disparada de su cómodo alojamiento y se esparció en la tierra.
«¡Hurra!, gritaron las semillas al unísono. ¡Llegó el momento!».
«¡Lo hemos conseguido! ¡Aquí no hay ardillas ni topos, estamos fuera de peligro!».

Comenzaron con entusiasmo a germinar para cumplir la misión que ardía en su pequeño corazón y que es la función de todo árbol: tener el cielo unido a la tierra. Para ello, los árboles echan raíces profundas y extienden ramas nudosas hacia el cielo. Si no hubiese árboles, el cielo ya habría desaparecido.
Comenzaron, pues, las semillas a esconderse en la tierra, pero descubrieron bien pronto que siendo tantas provocaban algunos conflictos.

«¡Córrete un poco más allá, por favor!».
«¡Está atenta! Me has metido el botón en un ojo!».

Y así sucesivamente. De todos modos, rozándose y codeándose, todas las semillas encontraron un rinconcito para germinar.
Todas menos una.
Una hermosa y robusta semilla declaró claramente sus intenciones:
«¡Me parecéis un montón de ineptas! Amontonadas como estáis, os robáis el terreno una a otra y crecéis raquíticas y desmirriadas. No quiero tener nada que ver con vosotras. Por mí sola podré llegar a ser un árbol grande, noble e imponente. ¡Yo sola!».

Con la ayuda del viento, la semilla logró alejarse de sus hermanas y hundió sus raíces, solitaria, en la cresta de la montaña.
Después de alguna estación, gracias a la nieve, a la lluvia y al sol, llegó a ser un magnífico abeto joven que dominaba el valle, donde sus hermanas se habían convertido en un bosque que ofrecía sombra y descanso fresco a los caminantes y a los animales de la montaña.
Aunque no faltaban problemas.
«¡Estáte quieto con esas ramas! Me tiras las agujas».
«¡Me robas el sol! Ponte más allá…».
«¿Quieres dejar de despeinarme?».

El abeto solitario los miraba irónico y soberbio. Él tenía todo el sol y el espacio que deseaba.
Pero una noche de final de agosto, las estrellas y la luna desaparecieron bajo un montón de nubarrones amenazadores. Silbando y revoloteando, el viento descargó una serie de ráfagas cada vez más violentas, hasta que desolando la montaña se abatió la tempestad.
Los abetos del bosque se estrecharon los unos contra los otros, temblando, pero protegiéndose y sosteniéndose recíprocamente.
Cuando la tempestad se aplacó, los abetos estaban extenuados por la larga lucha, pero se encontraban a salvo.
Todos menos uno.
Del abeto soberbio solitario no quedaba sino un trozo astillado y melancólico en la cima de la montaña.
En la primavera sucesiva, los rayos del sol acariciaban decenas de tiernos vástagos que la brisa de la noche acunaba emocionada. Entre las ramas de los abetos muchos pájaros y ardillas habían encontrado refugio. Superado el invierno, en la base de los troncos robustos, habían nacido plantas y flores de mil colores.
Era el don que, sin quererlo, el viento y la lluvia de la tempestad habían hecho a la montaña.


Del Aguinaldo Salesiano 2009
P. Pascual Chávez SDB
Rector Mayor

domingo, 31 de mayo de 2009

Nuestro trato con el Espíritu Santo

En el alma del cristiano en gracia está la presencia de las tres Personas de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.Sin embargo, esta inefable presencia se atribuye de modo singular a la Tercera Persona, a quien la liturgia de estos días nos ha invitado a tratar con más intimidad conforme nos encaminamos hacia la fiesta de Pentecostés. “El Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”, dice el Señor en el Evangelio (Juan 14, 26). Esta es una promesa que el Señor hizo en diversas ocasiones (Juan 14, 15-17; 15, 36; 16, 7-14; Mateo 10, 20), como subrayando la enorme trascendencia que tendría para toda la Iglesia, para el mundo, para cada uno de quienes le íbamos a seguir. No se trata de un don pasajero limitado al tiempo en que se reciben los sacramentos o a otro momento determinado, sino de un Don estable, permanente: “en los corazones de los fieles habita el Espíritu Santo como en un templo” (Concilio Vaticano II). Es el dulce Huésped del alma, y cuanto más crece el cristiano en obras buenas, cuanto más se purifica, tanto más se complace el Espíritu Santo en habitar en él y en darle nuevas gracias para su santificación y para el apostolado. El Espíritu Santo está en el alma del cristiano en gracia, para configurarnos con Cristo, para que cada vez nos parezcamos más a Él, para movernos al cumplimiento de la voluntad de Dios y colaborar con Él. El Espíritu Santo viene como remedio de nuestra flaqueza, y haciendo suya nuestra causa aboga por nosotros con gemidos inenarrables (Romanos 8, 26) ante el Padre. Cumple ahora su oficio de guiar, proteger y vivificar a la Iglesia porque, como comentaba el Papa Pablo VI, dos son los elementos que Cristo ha prometido y otorgado, aunque diversamente, para continuar su obra: El apostolado y el Espíritu. “El apostolado actúa externa y objetivamente; forma el cuerpo, por así decirlo, material de la Iglesia, le confiere sus estructuras visibles y sociales; mientras el Espíritu Santo actúa internamente, dentro de cada una de las personas, como también sobre la entera comunidad, animando, vivificando, santificando” (Discurso de apertura de la 3ª Sesión del Concilio Vaticano II, 14 de noviembre de 1964). ¿Por qué sentirnos solos, si el Santo Espíritu nos acompaña? ¿Por qué vivir inseguros o angustiados, aunque sea un solo día de nuestra existencia, si el Paráclito está pendiente de nosotros y de nuestras cosas? ¿Por qué ir alocadamente detrás de la felicidad aparente, si no hay mayor gozo que el trato con este dulce Huésped que habita en nosotros? Pidamos a la Virgen María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, que nos enseñe a comprender esta dichosísima realidad, pues nuestra vida sería entonces muy diferente: ¡Qué distinto sería nuestro porte y nuestra conversación incluso en circunstancias y ambientes difíciles, si fuéramos conscientes de que somos templos de Dios, templos del Espíritu Santo!

Fuente: Sitio Adonai. mirg.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La Devoción a María Auxiliadora.



Una pregunta común entre la gente es ¿Existen varias vírgenes Marías? La repuesta es sencilla: No; se trata de una sola, la madre de Jesús de Nazareth, quien dijo SI al Espíritu Santo, y dado que ella se ha mantenido cercana a nosotros sus hijos, presentándose en diversos lugares y ocasiones a través de la historia, ha recibido de nosotros diversos nombres, títulos o calificativos que se agregan al de María, el primero es “Virgen” por conservarse en gracia de Dios, el hecho deque se le nombre como “Santa” es por seguir el ejemplo de su propio hijo.
Otros calificativos como son “Virgen de Guadalupe”, “Virgen de Lourdes”, “Virgen de Fátima”, corresponden a su presencia que se considera muy especial y tiene para con nosotros en momentos históricos precisos.
Cuando es nombrada “Madre del buen consejo”, “Madre castísima”, “Madre dolorosa” implican las cualidades atribuidas a la Madre de Dios como tal. Así bien, el título de “María Auxilio de los Cristianos” tiene su propio sentido y origen devocional en la historia de la fe y de la iglesia de Cristo.
Lepanto
Siglo XVI: El Sumo Pontífice Pío V (Santo), gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos a defender la religión. El 7 de octubre de 1572 en el Golfo de Lepanto se da una dura batalla, los soldados cristianos se encomendaron a Dios (celebraron los sacramentos de la reconciliación y la eucaristía) y a la Virgen María (rezaron el rosario y entornaron cánticos marianos), así y en un gran fragor resultaron victoriosos.
El Papa mandó que cada año se celebrara el 7 de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se incluyera esta oración: María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros.
Iglesia Antigua. Año 370: San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo.

Los cristianos en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen “Auxiliadora” (Boetéia: “La que trae auxilio de lo alto") que junto con el título de “Madre de Dios” (Teotokos) eran los más comunes en los monumentos y templos cristianos.
Año 476: el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto".
  • Año 532: San Sabas de Cesarea llamba a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren".
  • Año 560: San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo".
  • Año 733: San Germán, Arzobispo de Constantinopla dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda".
  • Año 794: San Juan Damasceno es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y "La "Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte".
    En las iglesias de de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (en Ucrania, Rusia, se lleva acabo desde el año 1030, atribuyendo a la Virgen María, la liberación de la invasión sufrida a manos de pueblos bárbaros no cristianos).
  • Año 1558: la invocación de “María Auxiliadora” ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto Italia.
  • Año1600: Los católicos del sur de Alemania prometieron honrar a la Virgen con el título de Auxiliadora si eran liberados de la invasión de los protestantes y que se terminara una terrible guerra que llevaba 30 años de duración. Sucedieron ambos hechos y en agradecimiento más de 70 capillas recibieron el título de “María Auxiliadora de los cristianos” en honor a la Virgen.
  • Año 1683: Los católicos al obtener una victoria en Viena contra sus enemigos en religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora.

El Papa y un emperador.
En el siglo XIX el emperador Napoleón l hizo prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII (hoy santo). El Papa estuvo varios años prisionero, él prometió a la Virgen honrarla decretando una nueva fiesta en la Iglesia Católica si le concedía ser liberado de Napoleón.
Tras la derrota de Napoleón en Rusia el Papa pudo volver a la sede pontificia y el 24 de mayo de 1814, decretó que cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de “María Auxiliadora” en acción de gracias a la madre de Dios.

María Auxiliadora y San Juan Bosco.
El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora, San Juan Bosco realizó dicha obra, impulsado por aquella experiencia que tuviera a los 9 años:
Cristo y la Santísima Virgen María se le habían aparecido en sueños, Jesús le mostró a su Madre (la Virgen) como la maestra con quien adquiriría sabiduría y crecería en paciencia, y a los jóvenes como los lobos que se transformarían en corderos “no con golpes sino con amor”.


En su madurez, nuevamente se le presento la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora, y que de ese lugar saldría “su Gloria”. La Basílica fue terminada en pocos años. El santo solía decir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, ésta devoción se ha extendió en el mundo, debido a los hechos bondadosos que a ella se atribuyen.

San Juan Bosco decía: "Propaguen la devoción a María Auxiliadora y verán lo que son los milagros" y recomendaba orar: "María Auxiliadora, ruega por nosotros".


En 1862, Don Bosco, afirmaría al Joven Juan Cagliero: "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que vivimos son tan difíciles que tenemos la necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".


Don Bosco llama a María Santísima:"Auxiliadora del Pueblo de Dios" y difundiría la devoción por el mundo ayudado de la familia Salesiana, cuyo inicios se dan al fundar por iniciativa de Dios la Sociedad de San Francisco de Sales.

Imagen de María Auxiliadora del Santuario.
Al inaugurar la Iglesia de Turín, Don Bosco colocó un gran cuadro de María Auxiliadora en el Altar Mayor. El Santo dio instrucciones al pintor Lorenzone acerca de cómo quería el cuadro. El mismo pintor confesó que al diseñar el rostro de la Virgen, una mano invisible le guiaba los pinceles.
María Auxiliadora aparece en el cuadro bañada en un mar de luz que procede del Padre y del Espíritu Santo. Cabezas de ángeles rodean la parte superior de la Virgen que aparece con el cetro en la mano derecha, mientras en la izquierda sostiene al Niño Jesús, sonriente y con los brazos extendidos.


En un plano inferior y rodeando a la Virgen se encuentran los Apóstoles y Evangelistas, destacando en medio san Pedro y san Pablo. Todos contemplan a la que es Reina de los Apóstoles, Auxiliadora y Madre de la Iglesia. Debajo aparece a lo lejos la ciudad de Turín, el Oratorio y el Santuario, la ciudad y el templo de Superga.


La Imagen, fue coronada por decreto del Papa león XIII el 17 de mayo de 1903. Esta imagen u otras inspiradas en ella se encuentra difundida y venerada en iglesias, capillas y hogares cristianos. Antiguos alumnos salesianos y jóvenes llevan la estampa en la cartera o la medalla al cuello o en el bolso.


Una tradición salesiana que se remonta a Don Bosco, es la amplia distribución de estampas, medallas y cuadros de María Auxiliadora. Don Bosco, sabía que lo espiritual es favorecido por lo sensible. Todos esos medios son signos de fe, de confianza, son ayuda para recordar la presencia de Dios entre nosotros reflejada en María, cuyo amor materno y auxilio ha experimentado constantemente.

María Auxiliadora en México (1889).
El Sr. Edith Borrel, formaba parte del Círculo Católico Mexicano, una asociación que se interesaban por todo lo que podía fortalecer la religión en el país. Católico comprometido que en 1888 se encontró en Turín con el sucesor de Don Bosco, el Padre Miguel Rúa. Durante su visita fue acreditado como “Cooperador Salesiano”.

Al llegar a México motivo a sus compañeros del Círculo Católico y así nació el primer grupo de cooperadores Salesianos en la ciudad de México el 22 de junio de 1889.
Se organizaron en labores e carácter salesiano: difusión de prensa, educación cristiana para los niños, jóvenes y del pueblo en general, organización de actos de culto público, especialmente sobre Jesús Sacramento y María Auxiliadora. El 25 de mayo de 1890 se celebró la primera fiesta a María Auxiliadora.

En 1892 llegaron los primeros Salesianos a México con la consigna de difundir la devoción de María Auxiliadora. Esto gracias a la insistencia de los primeros Cooperadores.

El Culto de Maria Auxiliadora en México.
(Basado en el escrito de Don Julio Barberis )
Los Salesianos llegaron a México en 1892 y la Hijas de María Auxiliadora en 1897, no existían muchas obras salesianas y sin embargo México era un lugar en que la devoción a María Auxiliadora estaba muy arraigada, era un logro de los Cooperadores y las Cooperadoras salesianas que tanto se empeñaron en propagarla.

No se sabe con certeza cuándo y cómo se había difundido antes de la llegada de los Salesianos; pero de las relaciones que se tienen de los primeros benefactores y de otras personas amigas, se puede concluir que se practicaba la devoción, desde hacía mucho tiempo.

Que favoreció la devoción a María Auxiliadora antes de la llegada de los salesianos.
- Las peregrinaciones a Roma y Turín de católicos mexicanos.
- Los estudiantes en Roma de seminarios y colegios católicos que provenían de México y que conocieron la devoción y la difundieron en Nuestro País.
- Clérigos que fundaron obras religiosas o que fueron nombrados Jerarcas de la Iglesia de México.
- Las traducciones al español de la vida de Don Bosco como la versión de Don Espiney publicada después de 1888 en donde se habla de la devoción a María Auxiliadora.

Que favoreció la devoción con la llegada de los salesianos
- Conferencias dadas por los primeros salesianos en ciudades importantes de la República Mexicana.
- Los Esfuerzos de las Hijas de María Auxiliadora.
- La devoción no se restringió a la capital se buscó difundirla a cada población del territorio
- La difusión de prensa sobre la virgen y de objetos devocionales, ya fuera por medio de los salesianos o de laicos dedicados a dicha labor.
-La publicación en México de un suplemento del “Boletín Salesiano”, con la finalidad principal de propagar las glorias de María Auxiliadora.
- Costumbres mexicanas de la época, como dar el nombre de María Auxiliadora a negocios, vehículos, haciendas, a tiendas o a las hijas al bautizarlas.
- La devoción que se extendió por medio de los alumnos de los colegios, jóvenes de oratorios y fieles de capillas salesianas.


viernes, 24 de abril de 2009

¡Estamos de aniversario!





Hoy estamos en la víspera del 25 aniversario del EOPES, cuando yo escucho la palabra aniversario me suena a festejo, a fiesta, a gran celebración … a mucha alegría, y bueno veinticinco años no es poco, no puedo pasar por alto que este último año ha sido un poco difícil en la continuidad y perseverancia de nuestro apostolado como equipo de oración, aunque de manera individual hemos crecido de la mano de Dios y creo que merece una celebración festiva y de agradecimiento personal a Dios, por su amor, misericordia y fidelidad para cada uno de nosotros, los que nos sentimos participes de la celebración. Lo cierto es que el 25 de abril se cumplen los veinticinco años de la fundación del Equipo de Oración Personal en el Espíritu Santo, el EOPES (para todos aquellos que siempre se han preguntado, ¿Qué es el EOPES? )

Les cuento un poco de historia que no debe faltar en los aniversarios, en la pascua de este año, me toco un tema donde tuve la oportunidad de compartir parte de mi testimonio de vida e inminentemente recordé esos primeros años en el equipo de oración, su fundación, desde la ida de Fernando Cota a tomar el curso de oración “madre” en Villa Lestonac en Guadalajara con Madre Lolita en el verano de 1983, que al compartir esa experiencia de vida de Fernando en un retiro con algunos jóvenes de la parroquia en la Semana Santa de 1984, dio vida al EOPES aquí en la comunidad de Fátima en Los Mochis. Esa era la primera ocasión que yo participaba de las celebraciones de la Semana Santa y apenas estaba digiriendo el mensaje de salvación de Cristo Jesús en mi vida (el kerigma del tesoro escondido) recuerdo claramente ver participar en las lecturas y partes de la celebración de los oficios de Semana Santa, a los muchachos que estaban en el retiro, en completo silencio, en el área que estaba a un costado de la iglesia, lugares a los que no teníamos acceso casi nadie, recuerdo que entraron a las celebraciones por la puerta que se encuentra al lado izquierdo del altar, contraria a la sacristía, el lugar donde hoy esta la capilla del santísimo en Fátima. De los que recuerdo que participaron en ese retiro organizado por Fernando con la guía del P. Abel, fueron: Rocío Santos, Carlos Portillo, José Ángel Arredondo, Toño Saldaña, Judith Álvarez (creo), no recuerdo si ya estaban aquí Gris Urías y Carlos Ayala, cuatro meses después de este retiro me integre yo al equipo y ya estaba también colaborando Samira, Chata y no me queda muy claro a que horas se integra César, de ese entonces hasta hoy han pasado muchos integrantes, que me atrevería a tratar de recordarlos, pero puede ser que se me vaya alguno (hay Haimer, ya se va el avión), pero ahí va mi intento: Alicia, Victor, Ricardo, Marito, Rafa, Lili y ya más contemporáneo Juan, German, Diana, Gilberto, Carolina, Willy, Teresita, Charito, Claudia, Victor, Armando, Pancho, Lucy, Cynthia, Cecy, Rosy, Susettee, Danny, Pepe, el último integrante de nuestros intentos por invitar a personas a integrarse al equipo Sergio, que persevero unos cuantos sábados y las que continuamos en vigencia: Tabel, Martha, Betty … Sofía, Rene y Diana Celina que comparten nuestro grupo de oración, aunque no han participado en los cursos de oración.

En los últimos diez años, cada retiro de fin de año, hemos orado buscando encontrar una respuesta de parte de Dios, si seguimos en el EOPES como tal o si nos quiere como grupo o de manera individual en otro apostolado a su servicio, y la respuesta siempre ha sido la misma: que hay que florecer donde nos ha plantado, y la imperante necesidad de propagar las bondades de la oración personal, independiente de la oración comunitaria, de los rezos, de las devociones, la oración personal, esa poderosa arma espiritual que tenemos para perseverar en nuestro conocimiento de Dios, en nuestro fortalecimiento espiritual, en la paz personal, para llevarla a nuestra familia, trabajo, amigos y demás.

No se si a todos les pase, -a mi me pasa cada cumpleaños, especialmente este que acabo de celebrar porque fueron 40-, en cada aniversario, que marca fin de un año e inicio de otro, se da un momento de reflexión en medio de la fiesta sobre lo que sigue para esta nueva etapa que comienza, y nuestro EOPES creo que esta en ese proceso, actualmente hemos evolucionado de los cursos de oración a los retiros mensuales, temas, liturgias y demás actividades a las que nos llaman a participar en la parroquia y con la comunidad salesiana, y estamos en procesos familiares y profesionales un poco complicados, lo cierto es que en veinticinco años, las vidas evolucionan y las responsabilidades también, hemos crecido, nos convertimos en adultos, con todas las complicaciones y responsabilidades que esto implica, hemos cambiado actividades, hábitos, costumbres, gustos y roles; entonces eso de florecer se ha complicado un poco, pero seguimos intentándolo, atentos a los que Dios quiere para nuestras vidas y pide de nuestra persona.

Bueno hasta aquí termina mi reflexión de aniversario, de estos 25, he participado de 24 años de celebración, quitando mi año de voluntariado con los salesianos, cada año me parece que tal vez sea mi último año de festejo en el EOPES, pero solo Dios conoce lo que guarda nuestro futuro, personal y comunitario. Por lo pronto, un abrazo a cada uno de los que he mencionado en este escrito donde quiera que se encuentren y si he olvidado ha alguno de mis hermanos con lo que he compartido mi vida de oración y mi comunidad mis disculpas, no fue intención sino “eltiti … el titipuchal de años que han pasado y no perdonan” … “y que hasta el día que volvamos a encontrarnos, Dios nos guarde en el hueco de su mano”.

Betty Gil.




viernes, 3 de abril de 2009

Domingo de Ramos, gritamos ¡Hossana!


La liturgia de la Semana Santa comienza con la bendición de las palmas y una procesión el Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.
La bendición de los ramos continúa siendo para mucha gente el elemento más típico de este domingo, que algunos llaman el "Día de la Palma". Conviene hacer un esfuerzo para comprender que la verdadera importancia recae en los gestos comunitarios de aclamación en honor de Cristo Rey, más que en el hecho de la bendición y, menos aún, en los ramos y palmas en sí mismos. Hay que vivir esta celebración con una actitud de homenaje a Cristo Rey, que se dispone a entrar de una manera decidida y voluntaria en el camino que le llevará, primero, al sufrimiento y a la muerte, y, después, al triunfo y a la vida

La procesión de Ramos viene evidentemente del recuerdo de lo que pasó en la vida de Jesús días antes de su pasión y muerte. En este día, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en imitación de lo que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria de la pasión que marcaba la liturgia de Roma. Liturgia de Jerusalén y de Roma, juntas en nuestra celebración. Con una evocación que no puede dejar de ser actualizada.
Vamos con el pensamiento a Jerusalén, subimos al Monte de los Olivos que nos recuerda el gesto de Jesús, gesto profético, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías. Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo, de forma abierta a aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey.
Cada Iglesia fue tomando esta costumbre y celebrándola en particular. En Roma para el siglo IV se le llamaba a este día "Domingo de la Pasión" y en él se proclamaba solemnemente la Pasión del Señor, haciendo ver que la cruz es el camino de la resurrección. Sólo hasta el siglo XI se comenzó allí también la costumbre de la procesión. Se nos dice que en Egipto la cruz era cargada triunfalmente en esta procesión. En Francia y en España en el siglo VII se habla de la bendición de ramos y de la procesión.
Tras el concilio de Trento se quiso que en todas partes de la Iglesia Latina se celebrara de la misma manera este domingo y entonces se juntó lo que se hacía en Jerusalén (procesión de Ramos) con lo que se hacía en Roma (celebración de la pasión), como si fueran cosas distintas, ya que cada una se celebraba con ornamentos de distinto color y con oraciones iniciales y finales propias.
Con las reformas que hizo el Papa Paulo VI a las celebraciones de Semana Santa después del Concilio Vaticano II, se unificó la celebración con oraciones y ornamentos comunes haciendo ver más claramente que en ella se vive el único misterio pascual de vida y muerte y que una y otra de sus partes se relacionan y se enriquecen mutuamente: no hay verdadera celebración del Domingo de Ramos sin procesión y sin lectura solemne de la Pasión en Una misma Eucaristía.
San Lucas no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto". Palabras con una extraña evocación de las mismas que anunciaron el nacimiento del Señor en Belén a los más humildes. Jerusalén, desde el siglo IV, en el esplendor de su vida litúrgica celebraba este momento con una procesión multitudinaria. Y la cosa gustó tanto a los peregrinos que occidente dejó plasmada en esta procesión de ramos una de las más bellas celebraciones de la Semana Santa.

Con la liturgia de Roma, por otro lado, entramos en la Pasión y anticipamos la proclamación del misterio, con un gran contraste entre el camino triunfante del Cristo del Domingo de Ramos y el Viacrucis de los días santos.
Sin embargo, son las últimas palabras de Jesús en el madero la nueva semilla que debe empujar el remo evangelizador de la Iglesia en el mundo. "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
Este es el evangelio, esta la nueva noticia, el contenido de la nueva evangelización. Desde una paradoja este mundo que parece tan autónomo, necesita que se le anuncie el misterio de la debilidad de nuestro Dios en la que se demuestra el culmen de su amor. Como lo anunciaron los primeros cristianos con estas narraciones largas y detallistas de la pasión de Jesús.
La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la
Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.


Fuente: http://www.churchforum.org/ y www.encuentra.com