viernes, 29 de febrero de 2008

50 Frases para Animar a un Niño


* Sabía que lo lograrías * ¡Eres un campeón! * Estoy orgulloso de tí * ¿Por qué no lo intentas otra vez? * ¡Excelente trabajo! * Me acuerdo que antes no podías, pero ahora sí * Eres muy inteligente * Tú sí sabes hacer las cosas * Lo hiciste muy bien * Eres el #1 * Te sacaste un 10 * Me alegras el día * Eres mi tesoro * Me da mucho gusto verte * Qué bueno que viniste * Yo te ayudo * Me gusta jugar contigo * Eres muy amable * Eres muy bueno * Me haces falta * A la próxima te sale mejor * Te quiero en mi equipo * Te portaste muy bien * Hoy te extrañé * Fuiste muy valiente * Eres el mejor * Te mereces un premio * ¿Cómo lograste todo eso tú solo? * Aprendes muy rápido * Me sorprendiste * Esa es una buena idea * Eres muy importante para mí * Pareces un artista * Te acompaño * ¡Chócala! * Qué suerte que estés aquí * Con tu ayuda es más fácil* Has mejorado mucho * Eres mi favorito * Yo te cuido * Dime, te escucho * Así vas muy bien * Te estaba esperando * Eso estuvo perfecto * ¡Qué aplicado! * Ahora sí ya le entendiste * Eres un ángel * ¡Dame un abrazo grande! * Te quiero mucho

lunes, 25 de febrero de 2008

Bonita de Verdad


Hace unos días me tocó participar en un taller en la que analizábamos la emoción de la alegría. La persona que exponía el tema comentaba que cuando se esmeraba en su arreglo personal se sentía mejor y transmitía ese buen estado de ánimo a las personas con las que trataba. Al escuchar eso, medio en broma, y medio en serio, una joven señora comentó que el arreglarse o "ponerse bonita" era en realidad un acto de amor hacia las personas que nos rodean, a los que les gusta estar rodeados de mujeres bonitas. Así que eso de arreglarse no es vanidad, para nada! Es caridad con el prójimo.

Seguro alguna vez has escuchado que la belleza física no lo es todo, que solamente dura unos pocos años y que lo realmente importante es la belleza interior. Probablemente lo hayas comprobado en tus propias experiencias de vida. Yo opino que la belleza exterior no necesariamente está peleada con la belleza interior, aunque reconozco que es mucho más fácil quedarse en la superficie. Cultivar las virtudes que nos hacen bellas interiormente exige sacrificio, renuncia y constancia, pero más que todo, gracia.
La verdadera belleza no solamente alegra la vista, sino también la vida de todas las personas que la rodean. Inspira e invita a ser mejor.

Con esas consideraciones en mente, te pongo mi lista de algunas cosas que considero hacen bonita de verdad a una mujer:
1. Saberse y reconocerse digna, como Hija de Dios: Digna de respeto, de amar y ser amada
2. Un corazón agradecido por todos los dones y bienes recibidos
3. Tener un propósito para su vida que la motive, anime e impulse a dar lo mejor de sí misma
4.Amabilidad para todas las personas, especialmente con los más desvalidos
5. Fortaleza para saber escoger lo que es mejor
6. Capacidad para disfrutar el presente
7. Administrar con inteligencia los recursos de los que dispone
8. Curiosidad por aprender: de la vida, de los demás, de sí misma
9. Generosidad: con sus conocimientos, con sus recursos, con su tiempo
10. Capacidad para perdonar

No es fácil, pero creo que tener el deseo de ser verdaderamente bonita ya es el primer paso que nos pone en el camino para lograrlo.

Que Dios ponga en nuestros corazones la gracia y fortaleza que necesitemos para ser bonitas de verdad.

"yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras".
Salmo 139: 14

- Martha Miranda

domingo, 24 de febrero de 2008

Ejercicios Espirituales en Cuaresma.


Padre Modesto Rodríguez Moya.

La cuaresma nos prepara para la celebración de la pascua, la vida en la tierra nos prepara para la vida celestial, tenemos que entrenar para resistir embates del enemigo.

El tiempo de cuaresma, que actualmente se vive por los cristianos, es un tiempo de preparación espiritual, por lo que la Iglesia nos propone una serie de actividades, con material de apoyo espiritual interesante que debe ser atendido para aprovechar al máximo este tiempo; imitando a Jesús, que antes de iniciar su misión evangelizadora se retiró al desierto, impulsado por el Espíritu Santo, durante cuarenta días y cuarenta noches para ser tentado por el demonio, Él, vamos a decirlo así, se ejercitó para entrar en un combate, en una competencia y se ejercitó por medio del ayuno, por medio de la oración; de igual modo nosotros nos debemos preparar espiritualmente”.

Siguiendo esas prácticas la iglesia recomienda para prepararnos a la celebración de la Semana Santa que los fieles cristianos se ejerciten, como Cristo, “para resistir a las tentaciones”, estas tentaciones, no son exclusivas de esta temporada, sino que están presentes en todos los lujos y confortes que encontramos a diario, en cada oportunidad que se presenta de pecar, son la representación del demonio. La cuaresma nos prepara para la celebración de la pascua, la vida en la tierra nos prepara para la vida celestial. Tenemos que entrenarnos, tenemos que capacitarnos para poder resistir los embates del enemigo, y esto lo hacemos con la preparación propia para la cuaresma, que son la oración, el ayuno y la abstinencia y la limosna”.

Algunos pueden preguntarse qué sentido tiene hoy hablar de la Cuaresma, cuando vivimos sometidos a un calendario riguroso y rutinario a la vez, que apenas nos permite distinguir unos tiempos de otros. Para muchas personas el paso del tiempo es siempre uniforme. Se diferencian solamente los días festivos de laborables, en la alternancia menor de cada semana o en los períodos más amplios de los tiempos de trabajo y los tiempos de descanso o de vacaciones.

La Iglesia nos invita en este tiempo de especial de cuaresma al silencio, la reflexión, al sacrificio y nos propone la asistencia a “ejercicios espirituales”, es acaso que ¿necesitamos ejercitar nuestra alma?; los ejercicios espirituales de cuaresma son ofrecidos para todos; para los que participan asiduamente en las celebraciones y en la vida de las comunidades parroquiales; los que tienen un ministerio, los que desarrollan un apostolado, los que son miembros de un movimientos espiritual o un grupo de servicio … pero también se ofrecen a los que, siendo bautizados, viven alejados de las prácticas religiosas litúrgicas, de las prácticas personales e incluso de cualquier afirmación y expresión de fe o de vida cristiana, interna o social. La importancia de volver la vista a Dios, de ver desde su óptica la realidad para ser auténticos discípulos y misioneros, la vocación de las familias discípulas misioneras a la santidad, así como otros aspectos importantes en la formación espiritual que se debe lograr en este tiempo de cuaresma son fuertemente apoyados con estos ejercicios cuaresmales.

El Papa Benedicto XVI, en su discurso inaugural de la Quinta Conferencia de Episcopado latinoamericano y del Caribe habló al respecto con estas palabras: “La Iglesia tiene la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del Pueblo de Dios, y recordar también a los fieles que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo. Esto conlleva seguirlo, vivir en intimidad con Él, imitar su ejemplo y dar testimonio” En los ejercicios cuaresmales que la iglesia ofrece a los fieles, son precisamente un ejercicio como ir al campo, entrenamiento para reflexiones doctrinales, para profundización en la fe, para crecimiento espiritual, incluso hasta en la perfección a la santidad, que eso es lo que se pretende con los ejercicios cuaresmales.

“Así como en cualquier deporte, los ejercicios no son los mismos para un equipo juvenil que para un equipo ya mayor. Hay que ejercitarse incluso para las tentaciones apropiadas de cada persona, del momento de la batalla en la que se encuentra”.

Busca en la parroquia más cercana el calendario de Ejercicios Espirituales de Cuaresma, hay para jóvenes, matrimonios, solteros, señoras, etc; en el horario y lugar que más se adapte a tus actividades, dedica cinco horas -una por cada día de lunes a viernes- y ejercita tu fe, para ser en Cristo más que vencedores. Rom. 8:37.


Tomado de: http://www.elporvenir.com.mx

Beatriz Gil.

jueves, 21 de febrero de 2008

4 ingredientes para un milagro.



A mi correo me llega diariamente una reflexión de la página Renuevo de Plenitud, la semana pasada, me llego está historia que se relata en el segundo libro de los reyes, quise compartirlo con ustedes, viviendo una vez más que la palabra de Dios es viva y eficaz, siempre de actualidad, espero que cada uno de nosotros tengamos nuestro cuarto listo para entrar en comunión con Dios, para dejarle a El nuestras preocupaciones y esperar en El la guía de nuesta vida.

El relato es:

Una mujer experimentó milagros sorprendentes en su vida y encontró la fuente de su bendición, alegría y paz.

Su historia se relata en 2ª de Reyes 4: 8-37.

Un buen día le dijo a su esposo que construyeran una habitación y pondrían allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que al pasar el Hombre de Dios, se quedara allí.
Aquella actitud le proveyó de un maravilloso milagro, un hijo, ya que no tenía y su esposo era anciano. Este niño creció y un día enfermó y sobre las rodillas de su madre estuvo sufriendo hasta morir. Ella entendió que allí, en sus rodillas, o "en sus fuerzas", no estaba la fuente de su bendición y corrió a aquella habitación, que habían construido con una cama, una mesa, una silla y una lámpara y buscó al Hombre de Dios y se aferró a él hasta que un milagro sucediera; sucedió, el niño resucitó.

He aquí un tremendo ejemplo para nosotros que a diario necesitamos un milagro, en nuestro hogar, finanzas, en nuestro matrimonio y en nuestras ciudades. En una habitación, un lugar privado y especial, para estar a solas con Dios, "Mas tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre...te recompensará" Mateo 6:6;

Allí estaban los 4 ingredientes que ayudaron a la mujer sunamita a obtener un milagro:

-Una cama:
Un lugar que nos recuerda descansar en las manos de Dios, renunciando a nuestras fuerzas."Venid a mí, todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" Mateo 11:28.


-Una mesa:
Para deleitarse en su presencia, donde hay plenitud de gozo aún a pesar de las pruebas, “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre" Salmo 16:11.

-Una silla:
Un lugar donde estar atento, callado y esperar la voz de Dios."... me presentaré delante de ti, y esperaré" Salmo 5:1-3.

-Una lámpara:
La palabra de Dios, la luz que alumbra nuestro camino y que nos guía a la verdad. "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mí camino" Salmo119:105.

Aférrate hoy a Dios, sé persistente en buscarlo y amarlo, busca un lugar donde estar con él a solas, lleva la cama, la mesa, la silla y la lámpara y confía a tal punto de que si aún estuviere tu matrimonio muerto, tus cuentas en "0" y tu vida en fracaso, puedas proclamar "paz", "todo bien", como dijo la sunamita, porque su esperanza estaba en Dios y no en sus fuerzas.

"Un milagro hay para ti, un milagro de resurrección"

Un milagro en una habitación con una cama, una mesa, una silla y una lámpara.
1ª Pedro 5:7."Depositando en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes".


Arcangela Arnone de Blanco.
Venezuela
Tomado de reflexiones cristianas www.renuevodeplenitud.com

Un espacio para ti.


1. Acepta que lo mereces.
A veces se instala en nosotros un profundo sentimiento de “no merecernos” que nos impide disfrutar de la vida, Libérate de ese lastre reconociendo tu valor y satisfaciendo tus necesidades.

2. Vence tus resistencias.
Observa tu tendencia escapista de ocuparte de otros asuntos en un intento de huir de ti mismo. Algunas obligaciones son tareas autoimpuestas que no responden a demandas reales.

3. Desecha creencias limitadoras.
Comprende que dedicarte tiempo no significa perderlo. Perderlo es ir corriendo y arañando minutos aquí y allá para luego, no saber qué hacer con ese tiempo extra … salvo matarlo.

4. Recárgate de energía.
Aunque regalarte un momento no tiene otro fin que tu propio disfrute, comprobarás que cada encuentro contigo mismo te llena de vida y de fuerza para afrontar otras tareas y retos diarios.

5. Descarta el egoísmo.
Lejos de lo que nos han enseñado, dedicarse a uno mismo no es ser egoísta ni está reñido con el tiempo dedicado a los demás, que, por cierto, se enriquecerá con nuestro mayor bienestar.

6. Predica con el ejemplo.
Quizá te rodeen personas que dependen excesivamente de ti. Dedicándote un tiempo exclusivo provocas, sin proponértelo, que los otros se adapten a una situación de mayor autonomía.

7. Delega alguna responsabilidad.
Tus seres queridos también pueden ayudarte a recuperar tu propio espacio. Y esto beneficiará a todos, pues se desarrollará tanto la capacidad para dar como la tuya para recibir.

8. Aprende a elegir y a priorizar.
No puedes contentar a todos. Selecciona las tareas y personas a las que de verdad quieres atender y priorízalas. Dedícate el tiempo que destinabas a las tareas o relaciones inútiles.

9. Practica la asertividad.
Retomando el punto anterior, saber decir “no” es autoafirmarse para crear el espacio de encuentro con nosotros mismos.

VANESSA GIL, COORDINADA EL SERVICIO ONLINE DE ORIENTACIÓN “DESCUBRIÉNDONOS”. TOMADO DE LA REVISTA MENTE SANA No27.

Beatriz Gil.

miércoles, 6 de febrero de 2008

"Nos vemos en la Eucaristía"

Conocí a Sor Catherine cuando estuve trabajando como voluntaria laica en la Orden Religiosa de los Salesianos. Ella era de Cuomo, un pequeño pueblo en Italia. Sor Catherine era bajita, tenía algunos años encima y se movía con una gran ligereza.
La recuerdo como una persona formal y seria, a la que lo mismo le encantaba el orden y la disciplina como divertirse jugando con los niños de la escuela. Como aquella tarde, que nos quedamos a cargo de la guardería y ella utilizó el carrito de servicio del comedor para pasear a los niños por todo el pasillo de la cafetería durante dos horas(¿qué no estaba prohibido?). Era difícil decir quién se divertía más: los niños que se paseaban, ella que empujaba el carrito o yo que los veía ir y venir.
Mi año de servicio pasó volando y mucho más pronto de lo que yo me hubiera imaginado llegó el momento de despedirme para regresar a casa. En ese momento no se me venían las palabras a la mente -tenía tantas emociones mezcladas- ¿qué le iba a decir? No sé que le habré dicho finalmente, pero recuerdo claramente lo que Sor Catherine me dijo. Me explicó que cada vez que recibimos la Eucaristía (Cuerpo y Sangre de Cristo)nos volvemos Uno con Cristo y con Él formamos un solo Cuerpo que es toda la Iglesia, en la que estamos en unión perfecta los unos con los otros por los méritos del mismo Cristo. Así que cada vez que yo recibiera la Comunión me iba a encontrar no solamente con Cristo, sino con todos los que también lo reciben en Comunión. Por lo tanto, para volvernos a ver, solamente necesitaba recibir a Cristo en la Comunión y allí nos ibamos a encontrar nuevamente, aunque estuviéramos muy lejos. Así que en realidad no me dijo adiós, sino un "nos vemos en la Eucaristía".
De esto hace ya 10 años. Desde aquella conversación nunca he vuelto a ver a Sor Catherine. Bueno, en realidad, sí la he visto y estuve con ella hace poco: este domingo pasado fuí a misa y recibí a Cristo en la Comunión.

- Martha Miranda