lunes, 28 de abril de 2008

La Ascención del Señor Jesús a los cielos.



Cuarenta días después de la Resurrección, la Palabra de Dios describe cómo Jesús se despide físicamente de sus discípulos, dándoles las últimas instrucciones: "Y les dijo: - Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará. El que se resista a creer se condenará. Y estas señales acompañarán a los que crean en mi Nombre: echarán los espíritus malos, hablarán en nuevas lenguas, tomarán con sus manos las serpientes y si beben algún veneno no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán- Así pues, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios" (Mc 16, 15-19; cfr. Lc 24, 50-51). Mientras miraban fijamente al cielo hacia donde iba Jesús, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: Hombres de Galilea, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este que ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá como lo han visto subir al cielo". (Hch 1, 3-11).

La celebración.
Celebramos la Ascensión del Señor, es el domingo anterior a la fiesta de Pentecostés, son solemnidades muy importantes de la Iglesia, nos hablan de nuestro destino final: ir al Padre como Jesús y de la fundación y misión de nuestra Iglesia Católica. Se usa el color blanco, tanto en el altar como en las vestiduras del sacerdote

Significado de la expresión.
Los evangelistas describen al final de los evangelios y al principio del libro de los Hechos de los Apóstoles, que Jesús "fue elevado al cielo", por lo que los cristianos repetimos en nuestro Credo: "Subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre". Esta afirmación es un modo de hablar para decir que Jesús se fue al Padre, llevando consigo su naturaleza humana. La ida de Jesús al Padre constituyó nuestro cielo.

Jesús, al ir al Padre, no entra en un lugar, sino en una nueva dimensión, en donde no tienen sentido nuestras expresiones: arriba, abajo, subir, bajar… Ir al cielo significa, ir a Dios. En el cielo, iremos a unirnos al cuerpo de Cristo resucitado todos los que aceptamos su salvación.

Significado de la fiesta en la iglesia.
Según la narración de San Lucas, la Iglesia celebra la Ascensión del Señor a los cuarenta días de su resurrección. Esta fiesta está dentro del tiempo pascual que consta de cincuenta días y concluye con la Venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia. (Cf. Lc 24, 49-53; Hch 1, 3-11; 2, 1-41) La fiesta de la Ascensión no nos habla de un alejamiento de Cristo, sino de su glorificación en el Padre. Su cuerpo humano adquiere la gloria y las propiedades de Dios antes de encarnarse. Con la Ascensión, Cristo se ha acercado más a nosotros, con la misma cercanía de Dios. Es también una fiesta de esperanza, pues con Cristo una parte, la primicia de nuestra humanidad, está con Dios. Con él, todos nosotros hemos subido al Padre en la esperanza y en la promesa. En la Ascensión celebramos la subida de Cristo al Padre y nuestra futura ascensión con él. Al celebrar el misterio de la Ascensión del Señor, recuerda que EL CIELO ES NUESTRA META y que la vida terrena es el camino para conseguirla


Comentario del P. Jordi Rivero.

1) La ascensión NO es una fiesta triste y melancólica. Más bien, al partir hacia el cielo, Cristo comienza a comunicar el Espíritu Santo a sus apóstoles y los frutos son inmediatos:
a) Jesús los reviste de fortaleza como les había prometido (cf. Evangelio de hoy)
b) Ellos “se postraron ante él (adoración) y se volvieron con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios (alabanza)." (cf. Evangelio de hoy).
c) Son hombres nuevos llenos de convicción sobre la realidad de Cristo, llenos de propósito.

2) La asención es la fiesta de la entronización de Cristo. Sube al cielo y se sienta en Su trono a la derecha del Padre.
a) Jesucristo ejercita ahora soberanía sobre los suyos, dándoles la gracia para llevar a cabo su misión en este mundo. A través de ellos su presencia se hace presente en la tierra.

3) Esta verdad es el fundamento de la nueva vida de los Apóstoles.

4) Esta misma experiencia del Señorío de Jesús es expresada por Pablo quien nos dice que Cristo se elevó por encima de todo. Señor “Kyrios”. “puso todas las cosas bajo sus pies”.
a) Frente a Cristo debe doblarse toda rodilla: en los cielos, la tierra y lo que está bajo la tierra (Cf. Flp. 2,9)

5) Jesús, entonces, lejos de separarse de nosotros nos ha unido a El para siempre.
a) En Cristo, nuestra humanidad es elevada hasta Dios.
b) Nosotros somos miembros de su Cuerpo, unidos a la Cabeza.
c) Ya desde la tierra somos de su reino y no del mundo.
d) Vivimos en la esperanza firme del cielo porque ya conocemos los primeros frutos.
e) También la tierra es de Dios y todo ha ponerse bajo su señorío.



Comentario tomado de: http://www.rosario.org.mx/biblioteca/ascension.htm

domingo, 27 de abril de 2008

¡¡¡ En la espera de tu Espíritu !!!

Estamos entrando a la etapa final del tiempo de Pascua, el próximo domingo celebraremos la Asención del Señor Jesús a los Cielos y el domingo 11 de mayo, la gran fiesta de pentecostes, la venida del Espíritu Santo sobre los apostoles en aquel día en el que se encontraban reunidos en torno a María y fueron "embriagados" del Espíritu de Dios, a lo largo de estos días espero que podamos compartir sobre la tercera persona de la Santísima Trinidad, sus dones y sus carismas.



¿El Padre es Dios?... “Sí, el Padre es Dios”; ¿El Hijo es Dios?... “Sí, el Hijo es Dios”; ¿El Espíritu Santo es Dios?... “Sí, el Espíritu Santo es Dios”; ¿Entonces, hay tres dioses?... “No, hay un solo Dios verdadero con tres personas distintas”...

El Catecismo nos revela al Espíritu Santo como una persona a la que, se le puede hablar, que escucha, siente, se manifiesta... cuando Jesús es bautizado en el Jordán es en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, dándole El mismo, la categoría de Persona; se ha simbolizado de diversas maneras: como paloma, como aceite, como agua, como fuego.

Pero, ¿quién es el Espíritu Santo?.

Es la persona de amor de la trinidad, viene del amor que se tienen el Padre y el Hijo, de ellos procede una Persona de Amor, por lo que es el Espíritu Santo, quien nos comunica el amor que Dios nos tiene, es el que nos permite relacionarnos con Dios de manera íntima y personal.

Es el protagonista de nuestra vida, “nadie puede llamar a Jesús Señor, si no es movido por el Espíritu Santo” (I Cor. 12,13), es decir, que es el Espíritu Santo quien nos revela a Jesús como nuestro Señor y Salvador.

Nos revela al Padre, el Espíritu Santo viene a interceder en nuestra ayuda, en nuestras debilidades, con gemidos inenarrables, que hacen que nuestro espíritu exclame “Abbá” que significa: Papá (Rom 6,8); nos hace descubrir a ese Padre amoroso que es Dios.

Jesús en su vida en la tierra fue creciendo en unión y fuerza, en intimidad con el Espíritu Santo; de manera especial, Jesús nos da en Pentecostés la oportunidad de recibir la frescura del Santo Espíritu que vendrá a recordarnos que nuestro Dios es un Padre de Amor y que nos hará crecer en nuestra relación con las tres divinas personas de la SANTISIMA TRINIDAD.

Betty

martes, 15 de abril de 2008

Estar Cerca y Lejos


¿Alguna vez viste el programa de Plaza Sésamo? Recuerdo una escena en donde salía un monstruo peludo que corría delante y detrás de unas puertas al estilo de los cantinas de vaqueros para ilustrar el punto de lo que era estar "cerca" y "lejos". Corría rápidamente para situarse frente a la cámara -cerca- y luego corría detrás de la puerta para gritar "lejos". Y así una y otra vez hasta caer desmayado de cansancio, pero con los conceptos bien aprendidos.

Ojalá que el "cerca" y "lejos" fuera tan sencillo de entender como cuando se es niño. Al igual que ese monstruo peludo, mientras pasa el tiempo mi relación con Dios y con mis amistades ha sido un continuo estar cerca y estar lejos ya sea por circunstancias de tiempo y espacio o por situaciones más difíciles de resolver, como mal entendidos, las diferentes actividades de la vida diaria o peor aún, simplemente por descuido.

¿Cómo permanecer realmente cerca de las personas importantes en nuestra vida?
Me refiero a desarrollar una relación estrecha que de alguna manera alimente y enriquezca la vida de las personas con las que tratamos, una influencia que nos lleve a ser mejores y mas felices de lo que seríamos por nuestra cuenta.
Aquí te pongo mis sugerencias:

1) Dedícale tiempo. ¿Quieres saber quienes son las personas que más te importan? Es simple, solamente reflexiona en aquellas a las que les dedicas tu tiempo. Ese tiempo que te queda después de hacer todo lo que tienes que hacer. Para que una amistad crezca y se estreche es necesario compartir los ires y venires, las tristezas y las alegrías, los momentos emocionantes y los momentos aburridos también. No sabemos cuándo se va a dar esa situación especial que los una, los haga crecer o transforme de alguna manera, pero para que se dé se necesita dedicarle tiempo. Estoy a favor del tiempo de calidad, pero muchas veces he comprobado que para que haya tiempo de calidad primero tiene que haber una buena cantidad de tiempo compartida.
2) Hazte presente. De alguna manera, por cualquier medio, dale conocer a la persona con la que tratas que estás disponible para ella, porque es importante para tí y te interesa lo que vive. Esto significa muchas veces hablar por teléfono, escribir una carta, mandar un e-mail, hacer una seña o tan simple como una mirada, una sonrisa, un saludo, un abrazo. De acuerdo a tu manera de ser y al estilo que se te acomode mejor.
3) Sé flexible. Las personas cambian, las situaciones cambian, todo cambia. Lo que al principio funcionaba tal vez necesite algún ajuste. Las amistades se enriquecen y adaptan de acuerdo a esos cambios. Con un poco de creatividad y buena voluntad se puede conservar y seguir desarrollando. Intenta nuevas maneras de estar en contacto y quédate con las que te ayuden más.

Estar cerca no tiene que ser tan difícil. ¿Qué tan cerca estás de tus amistades? ¿Qué tan cerca estás de Dios? Si quieres, también puedes aplicar estas sugerencias a tu vida de oración. Cuando se quiere, es posible. ¿Te animas?

domingo, 6 de abril de 2008

Despistada yo? Pues sí...


Soy muy despistada. Entiendo que el "despiste" se puede manifestar de muchas maneras, en mi caso lo más notorio es mi limitada capacidad para orientarme. Tengo una excelente ortografía, preparo un flan que es todo un éxito en mi grupo de amigos y saqué buenas calificaciones en Cálculo Diferencial e Integral, pero no me des indicaciones para llegar a cierto lugar porque se convierte en casi-casi una misión imposible. Si me das un mapa, lo puedo doblar y desdoblar perfectamente (habilidad para el origami? Tal vez), pero no me pidas que lo consulte para encontra una ruta para llegar a un fraccionamiento nuevo porque me cuesta muchísimo trabajo. Una amiga lo describió de una manera precisa, aunque un poco cruel: "tu cerebro no funciona de esa manera".
Debido a la necesidad de ir de un lugar a otro y conservar mi independencia, he encontrado ciertas formas para lidiar con mi problema, tales como salir con mucho tiempo de anticipación, pedir ayuda a alguien para que me dibuje un croquis o llevar siempre una libreta conmigo con la dirección apuntada para preguntar después a quien me encuentre en el camino y me ayude a llegar. Y siempre llego. Después de dar muchas vueltas, preguntar a varias personas y a veces desesperarme al punto de las lágrimas. Varias veces me he preguntado por qué me cuesta tanto orientarme, por qué el norte y el oriente me son conceptos difíciles de ubicar y qué de bueno puede tener el ser despistada y me parece un tanto irónico pero la verdad es que...
creo que me ha ayudado a ser una mejor persona. ¿Cómo? Me explico:
a)Me ha ayudado a ser perseverante. ¿Qué no doy a la primera? Bueno, pues vuelvo a empezar. He tomado el carril equivocado, dado vueltas por el lado contrario, recorrido lugares extraños y sigo buscando, intentando nuevos caminos. Me toma tiempo, pero al final siempre llego.
b)Me ha ayudado a ser humilde. He tenido que reconocer que no puedo hacer todo yo sola, y que necesito ayuda de los demás. Dejarme ayudar me permite ver a las personas en su mejor faceta y me enseña a ayudar a mí también.
c) Me ha ayudado a ser más tolerante con las limitaciones de los demás. Hay ciertas actividades que para mí son muy fácil de hacer, no me cuestan ningún trabajo, como leer un libro interesante de 700 páginas o escribir una carta, pero me ha tocado tratar con personas a las que se les hace extremadamente difícil. Sé que tienen otro tipo de habilidades en las que me superan. Y está bien. Su cerebro funciona de manera diferente.
d) Me ha ayudado a ser un poco más paciente. Aunque me esfuerzo por aprender las calles y las rutas a los lugares que visito frecuentemente, reconozco que me es difícil. Me toma más tiempo que a la mayoría de las personas. Así soy y he aprendido a tenerme paciencia. Algunas personas han sido pacientes conmigo. Otras no. Yo entiendo que es desesperante, así que trato de tener paciencia con los demás cuando no hacen las cosas como yo hubiera querido o con la rapidez que yo esperaba. Hay días en que lo logro. Otros no.

Cuando a Jesús le preguntaron de quién era la culpa de que una persona naciera ciega, su respuesta fué que era para que se manifestaran en él las obras de Dios (lo puedes leer en Juan 9:1-6). Espero, con Su gracia, que mi ser despistada también de alguna manera sea una razón para que Su obra se manifieste en mí... sobre todo si te toca ir conmigo cuando voy manejando.