domingo, 31 de mayo de 2009

Nuestro trato con el Espíritu Santo

En el alma del cristiano en gracia está la presencia de las tres Personas de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.Sin embargo, esta inefable presencia se atribuye de modo singular a la Tercera Persona, a quien la liturgia de estos días nos ha invitado a tratar con más intimidad conforme nos encaminamos hacia la fiesta de Pentecostés. “El Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”, dice el Señor en el Evangelio (Juan 14, 26). Esta es una promesa que el Señor hizo en diversas ocasiones (Juan 14, 15-17; 15, 36; 16, 7-14; Mateo 10, 20), como subrayando la enorme trascendencia que tendría para toda la Iglesia, para el mundo, para cada uno de quienes le íbamos a seguir. No se trata de un don pasajero limitado al tiempo en que se reciben los sacramentos o a otro momento determinado, sino de un Don estable, permanente: “en los corazones de los fieles habita el Espíritu Santo como en un templo” (Concilio Vaticano II). Es el dulce Huésped del alma, y cuanto más crece el cristiano en obras buenas, cuanto más se purifica, tanto más se complace el Espíritu Santo en habitar en él y en darle nuevas gracias para su santificación y para el apostolado. El Espíritu Santo está en el alma del cristiano en gracia, para configurarnos con Cristo, para que cada vez nos parezcamos más a Él, para movernos al cumplimiento de la voluntad de Dios y colaborar con Él. El Espíritu Santo viene como remedio de nuestra flaqueza, y haciendo suya nuestra causa aboga por nosotros con gemidos inenarrables (Romanos 8, 26) ante el Padre. Cumple ahora su oficio de guiar, proteger y vivificar a la Iglesia porque, como comentaba el Papa Pablo VI, dos son los elementos que Cristo ha prometido y otorgado, aunque diversamente, para continuar su obra: El apostolado y el Espíritu. “El apostolado actúa externa y objetivamente; forma el cuerpo, por así decirlo, material de la Iglesia, le confiere sus estructuras visibles y sociales; mientras el Espíritu Santo actúa internamente, dentro de cada una de las personas, como también sobre la entera comunidad, animando, vivificando, santificando” (Discurso de apertura de la 3ª Sesión del Concilio Vaticano II, 14 de noviembre de 1964). ¿Por qué sentirnos solos, si el Santo Espíritu nos acompaña? ¿Por qué vivir inseguros o angustiados, aunque sea un solo día de nuestra existencia, si el Paráclito está pendiente de nosotros y de nuestras cosas? ¿Por qué ir alocadamente detrás de la felicidad aparente, si no hay mayor gozo que el trato con este dulce Huésped que habita en nosotros? Pidamos a la Virgen María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad, que nos enseñe a comprender esta dichosísima realidad, pues nuestra vida sería entonces muy diferente: ¡Qué distinto sería nuestro porte y nuestra conversación incluso en circunstancias y ambientes difíciles, si fuéramos conscientes de que somos templos de Dios, templos del Espíritu Santo!

Fuente: Sitio Adonai. mirg.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La Devoción a María Auxiliadora.



Una pregunta común entre la gente es ¿Existen varias vírgenes Marías? La repuesta es sencilla: No; se trata de una sola, la madre de Jesús de Nazareth, quien dijo SI al Espíritu Santo, y dado que ella se ha mantenido cercana a nosotros sus hijos, presentándose en diversos lugares y ocasiones a través de la historia, ha recibido de nosotros diversos nombres, títulos o calificativos que se agregan al de María, el primero es “Virgen” por conservarse en gracia de Dios, el hecho deque se le nombre como “Santa” es por seguir el ejemplo de su propio hijo.
Otros calificativos como son “Virgen de Guadalupe”, “Virgen de Lourdes”, “Virgen de Fátima”, corresponden a su presencia que se considera muy especial y tiene para con nosotros en momentos históricos precisos.
Cuando es nombrada “Madre del buen consejo”, “Madre castísima”, “Madre dolorosa” implican las cualidades atribuidas a la Madre de Dios como tal. Así bien, el título de “María Auxilio de los Cristianos” tiene su propio sentido y origen devocional en la historia de la fe y de la iglesia de Cristo.
Lepanto
Siglo XVI: El Sumo Pontífice Pío V (Santo), gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos a defender la religión. El 7 de octubre de 1572 en el Golfo de Lepanto se da una dura batalla, los soldados cristianos se encomendaron a Dios (celebraron los sacramentos de la reconciliación y la eucaristía) y a la Virgen María (rezaron el rosario y entornaron cánticos marianos), así y en un gran fragor resultaron victoriosos.
El Papa mandó que cada año se celebrara el 7 de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se incluyera esta oración: María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros.
Iglesia Antigua. Año 370: San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo.

Los cristianos en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen “Auxiliadora” (Boetéia: “La que trae auxilio de lo alto") que junto con el título de “Madre de Dios” (Teotokos) eran los más comunes en los monumentos y templos cristianos.
Año 476: el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto".
  • Año 532: San Sabas de Cesarea llamba a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren".
  • Año 560: San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo".
  • Año 733: San Germán, Arzobispo de Constantinopla dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda".
  • Año 794: San Juan Damasceno es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y "La "Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte".
    En las iglesias de de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (en Ucrania, Rusia, se lleva acabo desde el año 1030, atribuyendo a la Virgen María, la liberación de la invasión sufrida a manos de pueblos bárbaros no cristianos).
  • Año 1558: la invocación de “María Auxiliadora” ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto Italia.
  • Año1600: Los católicos del sur de Alemania prometieron honrar a la Virgen con el título de Auxiliadora si eran liberados de la invasión de los protestantes y que se terminara una terrible guerra que llevaba 30 años de duración. Sucedieron ambos hechos y en agradecimiento más de 70 capillas recibieron el título de “María Auxiliadora de los cristianos” en honor a la Virgen.
  • Año 1683: Los católicos al obtener una victoria en Viena contra sus enemigos en religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora.

El Papa y un emperador.
En el siglo XIX el emperador Napoleón l hizo prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII (hoy santo). El Papa estuvo varios años prisionero, él prometió a la Virgen honrarla decretando una nueva fiesta en la Iglesia Católica si le concedía ser liberado de Napoleón.
Tras la derrota de Napoleón en Rusia el Papa pudo volver a la sede pontificia y el 24 de mayo de 1814, decretó que cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de “María Auxiliadora” en acción de gracias a la madre de Dios.

María Auxiliadora y San Juan Bosco.
El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora, San Juan Bosco realizó dicha obra, impulsado por aquella experiencia que tuviera a los 9 años:
Cristo y la Santísima Virgen María se le habían aparecido en sueños, Jesús le mostró a su Madre (la Virgen) como la maestra con quien adquiriría sabiduría y crecería en paciencia, y a los jóvenes como los lobos que se transformarían en corderos “no con golpes sino con amor”.


En su madurez, nuevamente se le presento la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora, y que de ese lugar saldría “su Gloria”. La Basílica fue terminada en pocos años. El santo solía decir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, ésta devoción se ha extendió en el mundo, debido a los hechos bondadosos que a ella se atribuyen.

San Juan Bosco decía: "Propaguen la devoción a María Auxiliadora y verán lo que son los milagros" y recomendaba orar: "María Auxiliadora, ruega por nosotros".


En 1862, Don Bosco, afirmaría al Joven Juan Cagliero: "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que vivimos son tan difíciles que tenemos la necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".


Don Bosco llama a María Santísima:"Auxiliadora del Pueblo de Dios" y difundiría la devoción por el mundo ayudado de la familia Salesiana, cuyo inicios se dan al fundar por iniciativa de Dios la Sociedad de San Francisco de Sales.

Imagen de María Auxiliadora del Santuario.
Al inaugurar la Iglesia de Turín, Don Bosco colocó un gran cuadro de María Auxiliadora en el Altar Mayor. El Santo dio instrucciones al pintor Lorenzone acerca de cómo quería el cuadro. El mismo pintor confesó que al diseñar el rostro de la Virgen, una mano invisible le guiaba los pinceles.
María Auxiliadora aparece en el cuadro bañada en un mar de luz que procede del Padre y del Espíritu Santo. Cabezas de ángeles rodean la parte superior de la Virgen que aparece con el cetro en la mano derecha, mientras en la izquierda sostiene al Niño Jesús, sonriente y con los brazos extendidos.


En un plano inferior y rodeando a la Virgen se encuentran los Apóstoles y Evangelistas, destacando en medio san Pedro y san Pablo. Todos contemplan a la que es Reina de los Apóstoles, Auxiliadora y Madre de la Iglesia. Debajo aparece a lo lejos la ciudad de Turín, el Oratorio y el Santuario, la ciudad y el templo de Superga.


La Imagen, fue coronada por decreto del Papa león XIII el 17 de mayo de 1903. Esta imagen u otras inspiradas en ella se encuentra difundida y venerada en iglesias, capillas y hogares cristianos. Antiguos alumnos salesianos y jóvenes llevan la estampa en la cartera o la medalla al cuello o en el bolso.


Una tradición salesiana que se remonta a Don Bosco, es la amplia distribución de estampas, medallas y cuadros de María Auxiliadora. Don Bosco, sabía que lo espiritual es favorecido por lo sensible. Todos esos medios son signos de fe, de confianza, son ayuda para recordar la presencia de Dios entre nosotros reflejada en María, cuyo amor materno y auxilio ha experimentado constantemente.

María Auxiliadora en México (1889).
El Sr. Edith Borrel, formaba parte del Círculo Católico Mexicano, una asociación que se interesaban por todo lo que podía fortalecer la religión en el país. Católico comprometido que en 1888 se encontró en Turín con el sucesor de Don Bosco, el Padre Miguel Rúa. Durante su visita fue acreditado como “Cooperador Salesiano”.

Al llegar a México motivo a sus compañeros del Círculo Católico y así nació el primer grupo de cooperadores Salesianos en la ciudad de México el 22 de junio de 1889.
Se organizaron en labores e carácter salesiano: difusión de prensa, educación cristiana para los niños, jóvenes y del pueblo en general, organización de actos de culto público, especialmente sobre Jesús Sacramento y María Auxiliadora. El 25 de mayo de 1890 se celebró la primera fiesta a María Auxiliadora.

En 1892 llegaron los primeros Salesianos a México con la consigna de difundir la devoción de María Auxiliadora. Esto gracias a la insistencia de los primeros Cooperadores.

El Culto de Maria Auxiliadora en México.
(Basado en el escrito de Don Julio Barberis )
Los Salesianos llegaron a México en 1892 y la Hijas de María Auxiliadora en 1897, no existían muchas obras salesianas y sin embargo México era un lugar en que la devoción a María Auxiliadora estaba muy arraigada, era un logro de los Cooperadores y las Cooperadoras salesianas que tanto se empeñaron en propagarla.

No se sabe con certeza cuándo y cómo se había difundido antes de la llegada de los Salesianos; pero de las relaciones que se tienen de los primeros benefactores y de otras personas amigas, se puede concluir que se practicaba la devoción, desde hacía mucho tiempo.

Que favoreció la devoción a María Auxiliadora antes de la llegada de los salesianos.
- Las peregrinaciones a Roma y Turín de católicos mexicanos.
- Los estudiantes en Roma de seminarios y colegios católicos que provenían de México y que conocieron la devoción y la difundieron en Nuestro País.
- Clérigos que fundaron obras religiosas o que fueron nombrados Jerarcas de la Iglesia de México.
- Las traducciones al español de la vida de Don Bosco como la versión de Don Espiney publicada después de 1888 en donde se habla de la devoción a María Auxiliadora.

Que favoreció la devoción con la llegada de los salesianos
- Conferencias dadas por los primeros salesianos en ciudades importantes de la República Mexicana.
- Los Esfuerzos de las Hijas de María Auxiliadora.
- La devoción no se restringió a la capital se buscó difundirla a cada población del territorio
- La difusión de prensa sobre la virgen y de objetos devocionales, ya fuera por medio de los salesianos o de laicos dedicados a dicha labor.
-La publicación en México de un suplemento del “Boletín Salesiano”, con la finalidad principal de propagar las glorias de María Auxiliadora.
- Costumbres mexicanas de la época, como dar el nombre de María Auxiliadora a negocios, vehículos, haciendas, a tiendas o a las hijas al bautizarlas.
- La devoción que se extendió por medio de los alumnos de los colegios, jóvenes de oratorios y fieles de capillas salesianas.