miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Imposible?

Un programa en el Discovery Channel trataba sobre "el imposible vuelo del abejorro". Un especialista en aerodinamismo decía que era imposible, desde la estructura corporal del abejorro, que éste pudiera volar: tiene una masa corporal demasiado grande para soportarla unas alas tan diminutas. Habría que hacerle una correcciones en su diseño estructural para que siquiera pueda sostenerse en el aire por unos cuantos segundos: reducir  su abdomen en un 40% de su tamaño; agrandar sus alas en un 100%; quitarle la vellosidad que lo caracteriza para que no oponga resistencia al aire. Aún con estos cambios - decía el especialista - será un volador muy torpe y no podrá sostenerse mucho tiempo en el aire. Sin embargo, allí estaba ese bicho negro, desproporcionado y peludo volando plácidamente contra toda la ley de la aerodinámica. Por fortuna él no ve Discovery Channel.

Tenemos el poder de decidir lo que creemos y esperamos de nosotros mismos. No permitamos que nos pongan limitaciones sobre lo que podremos llegar a ser. Me entristece encontrarme con gente que se considera torpe, o bruta, o mala, porque eso fue lo que escucharon constantemente de los labios de sus propios padres. ¡Alto! ¡No más! Aprendamos del abejorro: nadie se eleva mas allá de sus propias expectativas. Si esperas poco de ti mismo, darás poco. Si piensas en grande, alcanzarás grandezas. Ya lo decía Nuestro Señor Jesucristo: "que se haga de acuerdo a tu fe".
No le cortes las alas a tus seres queridos... si les enseñas a soñar, volarán muy alto y ¡quién sabe cuál será la próxima flor que visiten!

- Oraciones y Meditaciones que liberan
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viernes, 23 de septiembre de 2011


 Un hombre de oración y sufrimiento.

Martirologio Romano: San Pío de Pietrelcina (Francisco) Forgione, presbítero de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, que en el convento de San Giovanni Rotondo, en Apulia, se dedicó a la dirección espiritual de los fieles y a la reconciliación de los penitentes, mostrando una atención particular hacia los pobres y necesitados, terminando en este día su peregrinación terrena y configurándose con Cristo crucificado (1968).
"Siempre humíllense amorosamente ante Dios y ante los hombres. Porque Dios le habla a aquellos que son verdaderamente humildes de corazón, y los enriquece con grandes dones."

San Giovanni Rotondo, Italia.
En un convento de la Hermandad de los Capuchinos, en la ladera del monte Gargano, vivió por muchísimos años el que probablemente fuera el Sacerdote Místico más destacado del siglo XX, a punto actualmente de ser declarado Santo por el Vaticano. El Padre Pío, nacido en Pietrelcina en 1887, fue un hombre rico en manifestaciones de su santidad. Enorme cantidad de milagros rodearon su vida, testimoniados por miles de personas que durante décadas concurrieron allí a confesarse. Sus Misas, a decir de los concurrentes, recordaban en forma vívida el Sacrificio y Muerte del Señor a través de la entrega con que el Padre Pío celebraba cada Eucaristía.

Es notable su carisma de bilocación: la capacidad de estar presente en dos lugares al mismo tiempo, a miles de kilómetros de distancia muchas veces. El Padre Pío raramente abandonó San Giovanni Rotondo; sin embargo se lo ha visto y testimoniado curando almas y cuerpos en diversos lugares del mundo en distintas épocas. También tenía el don de ver las almas: confesarse con el Padre Pío era desnudarse ante Dios, ya que él decía los pecados y relataba las conciencias a sus sorprendidos feligreses (a veces con gran dureza y enojo, ya que tenía un fuerte carácter, especialmente cuando se ofendía seriamente a Dios). Tenía también el don de la sanación (a través de sus manos Jesús curó a muchísima gente, tanto física como espiritualmente) y el don de la profecía (anticipó hechos que luego se cumplieron al pie de la letra).

Vivió rodeado de la Presencia de Jesús y María, pero también de Santos y Angeles, y de almas que buscaban su oración, para subir desde el Purgatorio al Cielo. Pero su gracia más grande radicó, sin duda alguna, en sus estigmas: en 1918 recibe las cinco Llagas de Cristo en sus manos, en sus pies y en su costado izquierdo. Estas llagas sangraron toda su vida, aproximadamente una taza de té por día, hasta su muerte ocurrida en 1968. Múltiples estudios médicos y científicos se realizaron sobre sus Estigmas, no encontrándose nunca explicación alguna a su presencia u origen.

Su sangre y cuerpo emanaban un aroma celestial, a flores diversas, que acariciaba no solo a los asistentes a sus Misas, sino también a quienes se encontraban con él en otras ciudades del mundo, a través de sus dones de bilocación. Vivió sufriendo ataques del demonio, tanto físicos como espirituales, que se multiplicaron a medida que las conversiones y la fe crecían a su alrededor.

En diciembre de 2001 el Vaticano emite el decreto que aprueba los milagros necesarios para canonizar a nuestro héroe, San Pío de Pietrelcina y fué canonizado el 16 de julio de 2002.

Vivimos en un mundo que niega lo sobrenatural, se aferra a lo material y a todo lo que pueda ser explicado a través de la razón, o percibido por los sentidos. Sin embargo, Dios prescinde de nuestra razón y de nuestros sentidos, a la hora de someternos a las pruebas de nuestra fe. De cuando en cuando nos prodiga con regalos del mundo sobrenatural, a través del testimonio y el acceso a la divinidad de los seres Celestiales. El Padre Pío es una puerta abierta a Cristo, a María, a los ángeles y los santos. Es también un testimonio de la pequeñez del ser humano y una invitación a creer y dejar de buscar explicación a los hechos de la Divina Providencia (la voluntad de Dios), sino simplemente a unir nuestra voluntad a la de Dios, y ser lisa y llanamente su instrumento, como el Padre Pío lo fue.

La vida entera del Padre Pío no puede ser explicada a través de la razón o la lógica humana. La fe y fuerza del Santo del Gargano dan por tierra con todas las escuelas filosóficas terrenales, dejando una sola salida a todo intento de crecimiento del hombre: el encuentro con el Dios eterno, el que nos mira desde lo alto y nos pide, por medio de Su infinita Misericordia, que nos entreguemos simplemente a Su Voluntad. La negación de nuestro yo (la muerte de nuestro ego), se constituye en la principal meta de nuestra evolución, porque SÓLO DIOS ES!

Debemos negarnos a nosotros mismos y vivir para y por Él. El Padre Pío vivió en la más absoluta humildad y negación de sí mismo, y miren los prodigios que Jesús hizo a través suyo!

domingo, 11 de septiembre de 2011

Las tres resistencias


En la primera lectura de hoy domingo, escuchamos "...Ten presentes los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo. Recuerda la alianza del Altísimo y deja pasar por alto las ofensas".


Perdonar hasta setenta veces siete. Seguir el mandamiento "Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo", en este, se resumen todos los mandamientos. Agradezco a Dios por esta consigna que recuerda que el AMOR es lo mas importante. No es fácil, pero con El todo lo podemos.


"Vencer el mal, a fuerza de hacer el bien" como nos invita Pablo en sus cartas.

Todos hemos afrontados situaciones difíciles de resistir.  Pensamos que los problemas duran una eternidad y no somos capaces de soportarlos. Pero hay otras cosas buenas como la presión en los estudios y el trabajo que debemos aguantar.  Tuve una etapa de mi vida muy difícil y estresante. Trabajaba, estudiaba, atendía a mi familia y también al ministerio. Todo requería atención y debía hacerlo bien. Mi horario era agotador.  A las siete de la mañana debía estar en la oficina, luego ir a la universidad a las seis de la tarde para luego asistir a clases particulares de finanzas a las nueve de la noche; llegaba a mi casa a la una de la mañana y de nuevo iniciaba la misma rutina horas después. No era fácil, regresaba de clases hasta con nauseas de tanta presión. Oraba y le suplicaba al Señor que me diera fuerzas porque sabía que todo tenía una razón y debía esforzarme. 


La resistencia es importante, hay situaciones que la merecen y otras que no. Aprende a identificarlas. Hay que resistirse al mal pero no al bien. Debes darte por vencido ante lo bueno. Si en tu hogar hay algo que restaurar, ríndete y actúa.

1. No te resistas al Espíritu Santo


Hechos 7:51 dice:
 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

Tus oídos no escuchan cuando tu corazón está endurecido y se cierra al consejo de padres y amigos. Si te ofenden te niegas a escuchar sobre el perdón. Si te estafan no quieres que alguien te hable de negocios. También puede suceder lo contrario y tu corazón se cierra cuando te niegas a escuchar. Además, la Biblia utiliza la palabra incircunciso como signo de impureza porque en aquel tiempo la circuncisión era obligada por higiene y como símbolo de limpieza. El oído impuro es aquel que se deja llevar por lo malo que contamina los sentimientos y la razón. No permitas que los chismes vuelvan impuros tus oídos y tu corazón.

Nota que el versículo también hace énfasis en la relación familiar.  Es importante enseñar buenas costumbres en el hogar. Si en tu casa prevalecen los chismes y habladurías, no te extrañe que tus hijos incluso terminen hablando mal de ti.
 

No te resistas al Espíritu Santo. Él quema pero no es fuego, embriaga pero no es vino y sopla aunque no es viento. Él tiene poder, oye, habla, guía, se goza, se entristece y se enoja. En una ocasión me resistí por unos minutos y fue desagradable. Discutí acaloradamente con mi esposa y cuando me subí al carro el Espíritu Santo me dijo que regresara y pidiera perdón o de lo contrario no le escucharía durante todo el día. Eso era trágico porque para mi es imposible vivir sin la unción que Él me da, así que regresé y pedí perdón. Haz tú lo mismo aunque te cueste, no te resistas. Cuando estamos enojados no damos la razón. Las mujeres deben orar por sabiduría para otorgar la razón a sus esposos aunque después la pidan de vuelta.

Si te resistes al Espíritu Santo te irá mal.  Él  utiliza muchas circunstancias y personas  para  aconsejarte y atraerte a los pies de nuestro Señor Jesucristo. Yo lo desafiaba si los amigos me hablaban de Dios, pero luego dejé que obrara en mí. Cuando las personas me piden ayuda para convertir a alguien, yo les digo que dejen el trabajo al Espíritu Santo.  El camino de resistencia al Señor puede ser muy doloroso. Es mejor buscar a Dios por amor y no por dolor. Un hombre me dijo que había buscado al Señor porque su esposa tenía cáncer. Cuando ella murió, continuó buscándole por amor porque Él le había dado la paz que necesitaba.

Yo le entregué mi vida a Cristo por amor y agradecimiento. No estaba enfermo ni desempleado o a punto de divorciarme. Simplemente escuché una voz interna que me preguntó: ¿qué te ha hecho Jesús para que no lo sigas?  Y no encontré respuesta. Si he seguido a personas que me han hecho daño, cómo no seguiría a Jesús que me ha salvado.  Entrégale tu vida y luego obedece  lo que te mande porque todo lo que pide obrará a bien en tu existencia. Él anhela tu bienestar.

2. Resiste al enemigo

En Santiago 4:7 leemos:
 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Cuando Jesús ayunó por cuarenta días el diablo lo tentó para luego huir. Resistir no necesariamente es pelear. Hay un tiempo para llevar la ofensiva y otro para aguantar. Cuando sientas que ya no puedes más, el Espíritu Santo te da nuevas fuerzas para que logres ahuyentar al diablo.

Físicamente la resistencia a una fuerza contraria requiere dos condiciones: soporte en la base de la columna y piernas fuertes. Espiritualmente es lo mismo. Para poder resistir al maligno, debes ceñir tus lomos con el cinto de la verdad y  también debes tener piernas fuertes que caminen como Dios manda. Si tus pasos no son firmes en el camino de lo correcto serás débil y no podrás resistir las tentaciones. Todas las personas que caminan en pecado se vuelven débiles a las artimañas del diablo y permiten que tome ventaja sobre ellos. Ejercítate en la verdad y la fe para poder resistir y hacerlo huir. Debes entrenarte para la competencia final. El diablo ataca cuando ve que cedes a la tentación, pero huirá si te ve fortalecido.

Recuerda, no te resistas al bien. No hagas caso del mundo que te vende el mal como bueno. Embriagarte o tener una amante es malo y debes resistirte a la influencia de quienes te digan lo contrario. Busca los verdaderos valores que Dios da para tu vida y la de tu familia. Déjate vencer por el bien y resiste el mal para que tu vida sea plena.

3. Perdona y resiste las ofensas

Mateo 6:14-15 nos recuerda:
 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Resistirse a perdonar las ofensas es un grave error. El rencor siempre atrae desgracia. El Señor claramente nos dice que recibiremos perdón solamente si perdonamos. Para estar bien con Dios no sólo debes resistir al diablo y recibir al Espíritu Santo, sino que además debes pasar por alto las ofensas y evitar que se vuelvan en tu contra. 
 

Mateo 18:35 dice:
 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

El Señor nos pide que nos perdonemos como hermanos. No somos extraños, todos formamos parte de una misma familia en Cristo Jesús.  Ofréceles a tus hijos la herencia del perdón y enséñales a no guardar rencores. Educa a tu familia para que sean capaces de perdonarse entre sí y entonces recibir el perdón de Dios. Yo aprendí a ser mediador entre mis hijos. Cuando tienen algún problema los motivo a que dialoguen. No puedo ser juez entre ellos, así que les enseño a afrontar sus diferencias y perdonarse.

Muchas personas buscan siempre quien les solucione los problemas y evaden el perdón. Todos necesitamos ser perdonados porque no somos perfectos, así que más vale dar lo que alguna vez pediremos. Perdona porque cosecharás lo que siembres.

Dios condiciona su perdón al nuestro. Es una hermosa forma de obligarnos a ser tolerantes. La falta de perdón es el primer paso para la venganza. Cuando guardas rencor estás formando un carácter vengativo y preparas la plataforma para devolver el mal que recibes. Recuerda que la venganza no es tuya sino del Señor. No endurezcas tu corazón.

Ser intolerante ante las ofensas es arriesgarte a perder el apoyo de Dios. Prefiero pasar la pena y humillación de pedir perdón que hablar con Dios y no recibir respuesta. La comunión con tu Padre depende de tu perdón. Cuando te resistes a Dios te va mal, cuando resistes el mal te va bien, cuando resistes las ofensas eres digno de recibir bendición. 
 

Pecados y ofensas


Hay dos tipos de situaciones que nos lastiman y requieren nuestro perdón. Los pecados y las ofensas. Muchas cosas nos ofenden que no son realmente pecados. Si no te aumentan el sueldo por cometer faltas en tu trabajo no están pecando contra ti. No intentes confundir a Dios que sí es capaz de resolver todo pecado. El resto de ofensas debes resolverlas tú. No te ofendas si tus padres te regañan porque llegas de madrugada a tu casa. Reacciona, deja de lado el exceso de sensibilidad.

Si quieres recibir bendición debes perdonar y pedir perdón. La oración de una persona que no perdona no es escuchada. Las ofensas entre hermanos son necesarias para aprender a madurar. Yo pasé una noche en vela recordando todas las cosas malas que han dicho o hecho contra mí. Al final, se las entregué al Señor y le dije: “Tú tratas los pecados y yo las ofensas, en ambos casos ofrezco mi perdón”. Nuestro corazón debe estar íntegro para pasar a otro nivel de excelencia en la relación con Dios. Para que tu vida sea plena, perdona como Él te ha perdonado, resiste el mal y recibe al Espíritu Santo en tu corazón.


 mirg