viernes, 19 de noviembre de 2010

A un póco más de 19 años de conocer a Don Bosco ...

El  19 de octubreaño de 1892, los Salesianos salieron de Turín, Italia rumbo a México, su ruta fue de llegado fue San Juan de Puerto Rico, La Habana Cuba, Progreso, Yucatán; Veracruz y Ciudad de México.

Los primeros Salesianos enviados por Don Rúa a México fueron: P. Ángel Piccono, P. Rafael Pipperni, P. Simón Visentainer, el Clérigo Agustín Osella y el Salesiano Coadjutor Pedro Tagliaferri, fueron recibidos por Don Ángel Lascuráin, Presidente del Círculo Católico. Llegaron vestidos de civiles porque en esa época, en México estaba prohibido usar sotana, iniciaron así, la aventura salesiana en México donde la “poca política y la mucha administración” heredadas del porfiriato definían un país con poco desarrollo social y con rumbo a una revolución. Fueron los Salesianos Cooperadores quienes hicieron posible la llegada de estos primeros religiosos a nuestro País.

Los Salesianos llegan como una opción de vida eclesial, laboriosa identificada con los que menos tienen. Esta es una fecha afortunada que todos debemos recordar, lo mismo que el año 1991, cuando la primera comunidad salesiana bajo la dirección del P. Jorge García Montaño, y compuesta por los padres Javier Zapata y Roberto Garduño; las voluntarias Rosita y Maria Elena, llegaron a Los Mochis, a esta pionera comunidadse integró Rafa Rangel en los primeros meses de la obra; después de varios recorridos y encuentros con las señoras, jóvenes y los niños de “Las Malvinas”, los salesianos celebraron la eucaristía que marca el inicio del trabajo pastoral salesiano en nuestra ciudad en la parroquia de Fátima  y en los días posteriores –cuando la lluvia se los permitió- organizaron la primera misa en la palapa del terreno que las señoras no imaginaban seria el Oratorio Don Bosco, a los pies de María, Reina del Valle, nuestra María Auxiliadora de los cristianos.


El Oratorio Don Bosco en Los Mochis inició al mismo tiempo que la obra de Mérida, Yucatán y la de Ciudad Juárez, Chihuahua; con motivo de la celebración de los 150 años del encuentro de DON BOSCO con BARTOLOME GARELLI y a los 100 años de la fundación del primer oratorio festivo en México en 1891 en Mérida por el Cooperador Salesiano P. Enrique Pérez Capetillo.

Hoy a ciento dieciocho años de la llegada de los primeros salesianos a México y diecinueve de su llegada a Los Mochis, podemos alegrarnos con Don Bosco, porque su mensaje de amor y mansedumbre sigue llegando a los niños, adolescentes y jóvenes más necesitados de este oratorio y ampliando el cumplimiento de la misión evangelizadora de Don Boso al naciente oratorio Domingo Savio en el Fraccionamiento Nuevo Horizonte.

Antes de la llegada de estos primeros salesianos, podemos recordar al P. Oswaldo y al P. Javier Prieto, ya que fueron ellos los que nos "presentaron" a Don Bosco, compartimos juntos una primera de muchas pascuas juveniles, algunos de nosotros salimos de nuestras casas para vivir la experiencia del voluntariado juvenil, con solo saber silbar, como Bartolome Garelli y un corazón con el profundo deseo de amar a Dios y darle un tiempo de nuestra vida a tiempo completo.

Por eso hoy ... a un poco más de 19 años de conocer a Don Bosco ... doy gracias a Dios por su amor y haberme permitido conocerle desde mi juventud y por la oportunidad de conocer la espiritualidad y el carisma salesiano,  en este momento de mi vida estoy preperandome como aspirante a Salesiano Cooperador, que no es más que tomar la opción de vida, por desarrollar tu apostolado al servicio de los jóvenes, como decia Don Bosco, especialmente los más pobres y necesitados.

Hace rato que no escribia en el blog, que no compartia de mi vida espiritual, la celebración del aniversario, me ha hecho recordar cuanto me ama Dios y cuanto me ha dado, les invito, (si no lo conocen) a conocer a Don Bosco ... les comparto lo que uno de tantos escritores conquistados por el carisma de este santo escribe en una de sus obras: "Yo tengo para mi, y lo diré de paso, que, aunque uno haya leído las cien historias que se han escrito de Don Bosco, si no ha encontrado en ellas su sonrisa no conoce la vida de Don Bosco; y si, leyéndola, no ha aprendido a ser amable y alegre como él con todo el mundo y en todo tiempo, no es verdadero discípulo suyo”.

Me da mucho gusto poder compartirles. Que Dios les bendiga y abra su corazón para vivir este adviento. !Maranatha, ven Señor !

Betty Gil.

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