domingo, 22 de junio de 2008

Date Tiempo de Hacerlo...


Aquí les comparto este artículo que encontré en la revista "Almas" de los Misioneros de Guadalupe hace algunos años (cuando todavía la frase "los hombres" se refería a hombres y mujeres en general). Me gustó tanto que lo transcribí en uno de mis cuadernos. Creo que sigue siendo tan actual como en el momento que lo leí.
Mi deseo es que Dios nos ilumine para hacer buen uso del tiempo que nos concede.
- Martha Miranda



Me asomé a la puerta y afuera había hombres, hombres.
Iban, venían, entraban, salían, corrían. Las bicis corrían y los coches corrían, la calle corría y la ciudad corría. Corrían sin perder tiempo, corrían en persecución del tiempo, para atrapar el tiempo. Para ganar tiempo.
¡HASTA LUEGO, SEÑOR,
DISCÚLPAME, NO TENGO TIEMPO!

Volveré a pasar, no puedo esperar, me falta tiempo.
Ya me despido, porque se me va el tiempo.
Me hubiera gustado darte tiempo, pero me gasté todo el tiempo.
Imposible esperarte, no me queda tiempo.
No puedo reflexionar, no puedo leer, estoy desbordado, fuera de tiempo.
Me gustaría rezar, pero no tengo tiempo.
TÚ COMPRENDES, SEÑOR, LOS HOMBRES NO TIENEN TIEMPO.

De niños juegas y juegan y no les sobra tiempo.
De chiquillos tienen mucha tarea y poco tiempo.
En la universidad, hora tras hora, no pueden perder el tiempo.
De jóvenes buscan el tiempo para hacer tiempo.
Recién casados tienen su casa y arreglarla les lleva todo el tiempo.
Ya padres de familia, sus hijos les acaparan su tiempo.
De mayores enferman, y sólo tienen tiempo de cuidarse.
Están agonizando... demasiado tarde, se acabó el tiempo.
Ya nunca tendrán tiempo.

SEÑOR, LOS HOMBRES SE PASAN PERSIGUIENDO EL TIEMPO.
Pasan sobre la tierra corriendo, apresurados, atropellados, sobrecargados, enloquecidos, y no llegan nunca a nada, les falta tiempo, les llega a faltar un horror de tiempo.

OH SEÑOR, Tú seguro te equivocaste en tus cálculos, hay un error general: las horas resultan demasiado cortas, los días se hacen demasiado cortos, la vida es demasiado corta...
Y Tú, Señor, que estás fuera del tiempo, sonríes al vernos batallar con él. Tú sabes lo que haces. Tú no te equivocas cuando distribuyes el tiempo a los hombres. Tú das a cada hombre el tiempo justo para hacer lo que Tú quieres que haga.

No nos conviene perder el tiempo, malgastar el tiempo, matar el tiempo, pues es un regalo que Tú nos haces, aunque es un regalo fugaz que no se puede meter en una lata de conservas.

SEÑOR, sí tengo tiempo, tengo todo el tiempo mío, todo el que Tú me das, los años de mi vida, los días de mis años, las horas de mis días, todas enteras y mías.
A mí toca llenarlas, con calma, pero hasta los bordes, para luego ofrecértelas y que de su agua desabrida Tú hagas un vino generoso como lo hiciste en Caná de Galilea, para las bodas de tus amigos.

ESTA NOCHE, SEÑOR, NO TE PIDO EL TIEMPO PARA HACER ESTO, O AQUELLO O LO DE MÁS ALLÁ... TE PIDO SOLAMENTE LA GRACIA DE HACER A TIEMPO LO QUE TÚ QUIERES QUE HAGA EN EL TIEMPO QUE TÚ ME DAS.

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