sábado, 9 de abril de 2011

Mi Vida como Sacerdote

Examinando lo que ha sido mi vida, Dios me ha bendecido dondequiera que he estado. No me había dado cuenta, cuando era joven, que Dios me ama más de lo que me amo yo. Al haber crecido en una granja, tenía tres opciones en la vida: ser granjero y tener una familia, ser profesor o sacerdote. No quería ser granjero, sino sacerdote o enseñar. He sido afortunado al hacer las dos cosas en una sola vocación. El ser sacerdote es la vocación que Dios me dio y estoy muy feliz de seguirla. He experimentado las gracias de Dios y estoy muy satisfecho de lo que he hecho en la vida. Lo mejor que mis padres hicieron por mí fue darme la libertad de vivir mi propia vida sin decirme cómo tenía que vivirla. Soy la persona más feliz del mundo cuando estoy diciendo Misa. El celebrar los sacramentos es lo que más me gusta de ser sacerdote. Me encantan los bautizos, bodas y celebraciones de la liturgia de la misa. Las tradiciones de la Iglesia son la mejor parte de ser Católico. A veces la ley está primero que las personas, tal como en los asuntos civiles. Eso es lo más frustrante de ser Católico . La vez que más cerca he estado de Dios fue cuando estuve en coma. Fue para mí un estado lleno de paz. La vez que menos he sentido la presencia de Dios es cuando he estado en pecado. Hay decisiones buenas y malas. Dios nos ha presentado esas decisiones a todos nosotros. La opción que tomas es clave. La opción de ponerte de pie y decir "Yo amo a Dios" es mejor que todas las malas decisiones que uno pueda tomar. He estado enojado por las cosas malas que algunas personas hacen, pero no creo que haya estado nunca enojado con Dios. El saber que el llamado de Dios nunca se da por vencido es lo que me da esperanza. Dios me ama tanto que me llama cada día. ¿Estoy haciendo la voluntad de Dios para su Iglesia y no para mí? Yo me hago esa pregunta todos los días.  Lo más interesante de las personas es que ninguna es igual a otra porque Dios los creó a todos diferentes. No puedes poner a las personas en categorías o clasificarlas.

El tocar las vidas de las personas cuando las ayudo es lo que ha sido mi más grande alegría como sacerdote. Deseo que la gente le dé gracias a Dios por conocerme. El hecho de no llegar a algunas personas y no poder ayudarles es lo que más me decepciona. La adversidad más grande que he tenido qué enfrentar es el vivir con diabetes por 33 años. Ahora tengo una enfermedad rara en la sangre y me han dado solamente de 1 a 3 años de vida pero siempre he tenido una dirección espiritual desde que me ordenaron sacerdote. Después de haber perdido a alguien importante me hubiera gustado haberle ayudado más. Perdí a un buen amigo y compañero de clase que se retiró, compró un condominio en Florida y al poco tiempo se suicidó. Sabía que tenía un problema pero no mi dí cuenta qué tan serio era. Cuando era capellán en un hospital hace muchos años, conocí a una pareja que había estado casada durante 54 años. Estaban juntos en el hospital cerca del final de sus vidas, pero la manera en que se veían el uno al otro ha sido la clase de amor mas grande que he visto. He visto mas justicia (verdadera) en la gente que regresa a la iglesia cuando están enfermos o a punto de morir. Siempre he tratado de ayudar a las personas, pero no tengo todas las respuestas. Siempre he creído  que la otra persona es muy importante. Si alguien te maltrata, me da pena esa persona. Cuando se trata de imitar a Jesús, me hubiera gustado tener su habilidad para tratar a las personas en medio de la situación en que se encontraban. También admiro la habilidad de los niños para confiar completamente en otras personas. San Francisco de Asís ha sido el modelo de santidad que más me inspira. Creo que era una persona que podía caminar en cualquier parte y se sentía en casa tanto con personas como animales de todo tipo. He visto sabiduría verdadera en otros religiosos. He trabajado con muchos sacerdotes en muchas parroquias y he obtenido sabiduría observando cómo la gracia de Dios obra a través de ellos. Mi comida favorita es la pasta. Me encanta cocinar, pero no puedo masticar o tragar, así que ya no puedo disfrutar la comida. Mi mayor gusto era jugar tenis, pero ahora, solamente el visitar a las personas. Una pregunta que me gustaría hacerle a Dios es: "¿Cómo puedo amar mas a las personas?". Espero ser llamado "un buen amigo de Dios" cuando llegue al Cielo.

Padre Ray Rademacher de la Parroquia de la Santísima Trinidad en Fowler (1935-2002) 
Ordenado en 1962 antes del Concilio Vaticano II, Padre Rademacher sirvió como sacerdote parroquial y pastor durante 40 años. Aún en los últimos dolorosos meses de su vida, Padre Ray siguió sirviendo a los demás- como el aceptar este artículo y visitar a los enfermos aun cuando su propia salud era muchas veces peor de la de aquellos a los que visitaba.

Entrevista por Duane Ramsey. CatholicWeb.com
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